Se esfumó el sueño del país en ser la sede del próximo Mundial Femenino de mayores que está programado para el 2023. A pesar de la emoción, la campaña que se venía realizando a través de las redes sociales con el #queremoselmundial y la ilusión de las futbolistas a nivel nacional con las posibilidades que parecían aumentar con los días, la decisión de la federación fue distinta.
El comité de la FIFA se inclinó por Australia y Nueva Zelanda como las naciones que serán las sedes oficiales de la competencia, que en 2019 se llevó a cabo en Francia. La disputa por el nombramiento fue ajustada, demostrando que Colombia es un país que puede aspirar a la realización de eventos deportivos de talla mundial. Al final la decisión la definió cierta cantidad de votos por parte de los miembros del comité encargado de evaluar los países.
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Frente a los motivos que favorecieron a Australia y Nueva Zelanda para ser la nueva sede del Mundial Femenino no son tan claras, pero principalmente estarían relacionadas con los escenarios deportivos, es decir, las condiciones en las que se encuentran actualmente los estadios que hubieran acogido a las 32 selecciones participantes. Lo anterior teniendo en cuenta la baja calificación que tuvieron luego de la evaluación realizada por el mismo comité de la FIFA.
En cuanto al aspecto de los estadios los Oceánicos cuentan con mejores estadios, demostrando que en cuanto a infraestructura el país es carente lo que pone hoy a Colombia lejos de tener los mejores escenarios o por lo menos, acordes en tecnología, servicios y comodidad para acoger una competencia como lo es el Mundial femenino de mayores, que hubiera traído las mejores futbolistas del planeta.
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Al final ni la manifestación de la Conmebol frente a la posible discriminación por parte de la FIFA, no fue garantía para que hoy Colombia fuera la sede oficial. Frente a esto el mismo ente del fútbol respondió que la decisión no solo se tomaría con base a los estadios, ya que habían aspectos de logística importantes a evaluar.