Jarol Valencia, una joven promesa del fútbol ibaguereño, se forma en Brasil

El primer revés y las nuevas oportunidades

A sus tiernos seis años y habiendo ya mostrado su valía para ello, tuvieron que buscar otro club,  debido a que Berlín desapareció por falta de recursos. Recuerda con nostalgia que para él eso fue trágico, creía que ya no iba a poder continuar, era consiente que los recursos en casa no iban a soportar ir a una escuela costosa o que le quedara muy lejos,  pero como siempre su padre encontró la solución.

"Gracias a mi padre, que trabajaba,  para ese momento, en la Universidad Cooperativa de Colombia,  lo que permitió que pudiera; ingresar al Club de Formación  de dicha institución; el entrenador, al ver mi forma de juego y cada uno de los detalles con los que contaba me empezó a poner en categorías mayores, por encima de mi edad y yo siempre quería más."

En su afán de crecer y a pesar de su corta edad,  Jarol tenía claro que para cumplir su sueño debía dar el 200%, siempre estaba buscando nuevas posibilidades, así fue como logró pasar a un nuevo Club,  más grande y con muchas opciones de competencia y exigencia para su crecimiento.  Fue así como llegó al Deportivo Ibagué: "Allí  me formé durante dos años, mi entrenador, contó conmigo desde el primer momento, siempre sentí su apoyo, le debo gran parte de lo que soy como futbolista  a él".

El talante de Jarol

Desde el primer día se notaba su pasión por el deporte, su obsesión por la disciplina es tal que desde niño llegaba hasta una hora antes del entrenamiento y se dedicaba a hacer diferentes ejercicios en búsqueda de la excelencia, caminaba por 30 minutos para llegar a la cancha, aun así llegaba siempre antes que todos y de regreso hacía el mismo recorrido, aquí se veía la nobleza de su espíritu, si bien era una manera de estar en forma también lo era su aporte al sacrificio de sus padres,  eran dos transportes menos que pagar diariamente.

Su llegada al Deportivo Ibagué también fue su inicio en la competencia, casi de inmediato pasó a ser parte de la Liga de la ciudad.  Jarol siempre ha brillado con luz propia, destacando desde siempre por su entrega y garra en cada partido, incluidos los partidos de entrenamiento, lo que le dejaba en claro a sus preparadores su interés por competir,  en ese momento su objetivo estaba en el torneo PonyFútbol ya que era uno de los torneos más importantes de su categoría para ese momento.  Y la magia se hace: "Mi entrenador al darse cuenta que por falta de recursos no logro inscribirme al torneo, decidió enviarme a un equipo que si participaría en dicho campeonato, cumplí una de mis primeras metas a corto plazo, participé en la PonyFútbol y si bien el equipo en el que competí no pasó de la primera fase,  anoté mi primer en una competencia de renombre. " dice Jarol con orgullo, pero aquí muestra su humildad, ese gol no fue cualquier gol , lo hizo desde la mitad de cancha, considerado uno de los mejores goles de esa versión de dicho torneo. Si bien la participación fue muy corta, esto le imprimió moral la que continuaría impulsándolo mucho más a seguir soñando.

Lo que debe pasar llega

Mary Murcia,  mamá de Jarol ,  llegó a trabajar en casa de una familia ibaguereña, desde el primer día Jarol y se hermana mayor se ganaron el cariño, cada logro de ese pequeño niño tímido, excepto cuando hablaba de fútbol, era celebrado por todos allí. Cada logro del pequeño era tema importante,  para todos los miembros de esa familia, una de las hijas de los patrones de Mary, le tomó especial cariño al pequeño de ojos grandes, ella una enamorada del fútbol, vio siempre el gran potencial de ese niño, la pasión que le imprimía a su sueño,  el sacrificio diario y  empezó a gestionar la posibilidad que ese talentoso pequeño tuviera mejores oportunidades y fue así como ella, madre de la hija de un socio de un club y escuela de fútbol  muy importante de la ciudad, logró una beca deportiva completa para Jarol,  de no ser así hubiera sido imposible acceder a dicha institución por sus altos costos.  Esa oportunidad venía con un gran compromiso,  su rendimiento académico debía ser excelente porque de ello dependía su continuidad en dicha institución.

"Jarol jamás me ha jamás me ha decepcionado,  por el contrario,  me siento orgullosa,  cada día veo en él un mejor hombre,  un mejor ser humano,  un mejor hijo de familia,  un mejor hermano,  un mejor amigo y un deportista fuera de serie.  Recuerdo que no tenía las mejores notas en el colegio cuando se le presentó la oportunidad de entrar al Club Atlético Ibagué, la condición que le puse para gestionar su beca fue excelencia en el estudio; se me hinchó de orgullo el corazón cuando me llevó el siguiente boletín de notas, sobresaliente en todo. Además yo era consiente del, aún mayor, sacrificio,  la distancia entre su casa y  el lugar de entrenamiento, era una hora de recorrido,  cuando lograba hacerlo en trasporte público,  eso para Ibagué es muy lejos, se que muchas veces tuvo que hacer parte de esa distancia a pie, pero jamás se quejó. Tas Tas está para grandes cosas", comentó Sara Lucía.

Corría para entonces el año 2017, la distancia nunca fue problema,  el apoyo y acompañamiento de sus padres siempre presentes en todo le hacía más fácil el recorrido, siempre se los tomó con filosofía, hacía parte de su entrenamiento mental y físico,  aprovechaba cada minuto y siempre llegaba feliz a su entrenamiento. Ingresó a la categoría más baja del  Club,  pero poco a poco con su entrega y disciplina fue ascendiendo de categoría.

Tristezas que hacen crecer 

Su encuentro con Iván 'La Champeta' Velázquez, fue fundamental, llegó en el momento más oportuno y vio siempre en Jarol el potencial necesario para ser grande.  La exigencia que impuso a este joven le permitió que empezara a sobresalir,  a pesar de la abundancia de jugadores iguales o con mayor experiencia,  lo que ha marcado la diferencia en Jarol es su tenacidad, la claridad de sus ideas y su firme propósito de llegar a ser el mejor sin egos inflados y con la mayor humildad.

En el 2019 se presentó por primera vez a la Selección Tolima, y no  pasar los últimos filtros de las convocatorias fue duro para este jovencito,  él mismo lo dice: "Pero me di cuenta de que ese no era el final, sino el comienzo, entendí muchas cosas, principalmente que en mi posición de Volante Central habían jugadores por encima de mi y eso me hizo pensar en buscar alternativas para lograr destacar en mi juego y darme a conocer, también a saber que era lo que me faltaba y día a día empecé a trabajarlo para mejorar y seguir luchando."

El entrenador vio en él a un jugador guerrero en la marca y de buen pie,  por lo que lo que se arriesgó a empezar a crear la impronta de Jarol, lo puso a jugar de Lateral Izquierdo, definitivamente el que sabe no improvisa y este muchacho empezaba a convertirse en promesa; se convirtió,  paso a paso, en pieza fundamental del equipo y desde su posición aportaba mucho más en el juego, se  acopló a un sistema de juego distinto, tenía claro que sus compañeros era igualmente buenos y él debía destacar,  en su mente estaba luchar profesionalmente por un puesto en lo alto.

Con el paso del tiempo se fue posicionando y haciendo propio su puesto como lateral izquierdo,  conociendo mucho más acerca de la posición, continuó su entrenamiento, cada vez más exigente.

La pandemia y una nueva forma de entrenar

Si para el común de las personas,  la pandemia cambió estructuras,  para un deportista de alto rendimiento la situación era aún más delicada,  la prohibición de salir de casa y aún más siendo menor de edad,  complicaba enormemente el proceso de Jarol.  Pero él no desfalleció, continuó su rutina diaria, implementó,  gracias a su entrenador,  una nueva estrategia de entrenamiento, su alimentación controlada, su educación y las mejores notas.

Para el 2021 llegó una nueva oportunidad con la Selección Tolima, batiendo una nueva meta,  de las que él llama de corto plazo.  En esta convocatoria logró figurar como uno de los elegidos, a lo que nos expresó: "Yo estaba muy feliz porque el trabajo honesto estaba siendo bien recompensado, desde que inició dicho proceso pasé por muchas cosas, sufrí bastante por mi condición física y lo delgado que siempre fuí, trabajé al máximo y de la mejor manera para poder competir a nivel nacional con la Selección Tolima, lastimosamente no conté con muchos minutos, por encima de mi estuvieron otros jugadores, pero nunca lo vi como el final, me di cuenta que dia a dia progresaba y lograba mis metas, conforme trabajaba lo iba logrando."

La partida de su gran apoyo 

Ese año,  Jarol no solo tuvo que aprender que de cada oportunidd hay que sacar lo mejor, sino que su familia tuvo que tomar grandes decisiones,  la situación económica pos pandemia, llevó a su más grande apoyo, a aceptar una oportunidad de trabajo en el exterior,  era la primera vez que su padre no iba a estar con él en su proceso: "Su ausencia me dolió desde siempre, ya que nunca falto a ningún partido, siempre fue mi fan número uno, junto con mi mamá. Al irse a otro país, su ausencia me afecto bastante, pero entendí que si quería triunfar tendría que exigirme siempre más y más, nunca sería suficiente hasta lograr mis objetivos."

Con la llegada del 2022,  la nuevas oportunidades también parecieron y jugó el Torneo Nacional Difutbol Sub17, donde llegaron a la tercera fase, con su aporté personal, ocho goles, logrados siendo lateral izquierdo y central durante el transcurso de la participación de su equipo en todo el torneo. 

Es admirable la capacidad de sacrificio y entrega de este joven,  ese año estuvo lleno de grandes pruebas para su espíritu, era el momento de mostrar su valía,  tuvo que dar duras caminatas luego de entrenar al sol y al agua,  faltar a un entrenamiento o a un partido no era opción,  si no tenía para el transporte llegaba caminando y de igual forma regresaba a su casa luego de entrenar y lo recuerda así: "Siempre caminaba para llegar a mi casa, junto con un gran amigo a quien le deseo siempre lo mejor en su vida, ya que fue un gran apoyo en dicho proceso y un ser humano maravilloso, el paso del tiempo jugaba con mi mente y me hacía pensar miles de cosas, lloraba en las noches sin saber cómo evolucionar, solo quería triunfar, porque entre mis objetivos está darle a mi familia la calidad de vida que siempre se han merecido. Entrenaba a solas, salía a trotar, iba al gimnasio y al dia entrenaba dos veces, cabe destacar que para mí jamás fue una opción fallar a ningún entrenamiento, ni partido, siempre fui muy disciplinado y apasionado".

El grado de compromiso de Jarol con su sueño es tal que así estuviera enfermo, con dolores o con cualquier tipo de adversidad nunca falló y por eso las grandes recompensas que su vida le está por ofrecer.

El inicio de la recolección

Siempre que siembra bien, con buena voluntad y en buena tierra, cosechas, y así está pasando en la vida de Jarol ahora misma,  finalizando el 2023 y de la mano de un empresario,  llegó una oportunidad que Jarol no tenía en su retina, al menos en este momento de proceso formativo,  viajar al Brasil a iniciar una formación deportiva más específica, era la puerta de entrada a la competencia de alto nivel, "Sin pensarlo dos veces acepté, me di cuenta que para lograr mis sueños tenía que sacrificarme al máximo,  emigrando a otro país aún siendo menor de edad, enfrentándome solo a una cultura nueva, un idioma que no conocía, un sistema de entrenamiento muchísimo más riguroso que en Colombia y una vida nueva."

Llegó al Brasil el 6 de enero del 2023, al Club Grêmio Mauaense de São Paulo, club que compite el Torneo Paulista, allí la competencia es altamente exigente. Con su amabilidad,  buenas maneras,  cultura y esa empatía producto de sus auténticas ganas de ser el mejor por su propio esfuerzo ha logrado ser acogido como una más: "Me siento como en casa a pesar de estar tan lejos de ella, es maravilloso compartir con compañeros con los mismos sueños y objetivos. Si bien no ha sido fácil adaptarme a una nueva vida, pero bien dicen que un nuevo comienzo lleva a grandes cosas. Es innegable que extraño a mi familia, pero se que cada sacrificio que he hecho será bien recompensado."

Cuando se le preguntó que si quería agregar algo más, dijo algo maravilloso: "Tatty no me puedo quedar si agradecer ¿Me lo permites?", como decirle que no.

"Quiero rendir un homenaje a mi prima Tefa, quien siempre a creído en mí y jamás se perdió un partido mío; a mi papá, quien me ha demostrado siempre que la disciplina y la entrega es el primer factor del éxito, quien es mi más grande orgullo junto con mi mamá, ella me ha mostrado que la nobleza y el amor hacen a una persona más integra; a mi hermana, quien ha sido mi motor y mi compañía toda la vida;  la familia Gutiérrez Torres, quien se convirtieron en mi segunda familia y un apoyo importante a lo largo de los años.  Al mejor de los amigos, Sebastián Cruz, gracias por acabar zapatos conmigo. No puedo dejar de nombrar a dos hombres muy importantes, mis primeros entrenadores Giovanny Guzmán y Diego Forero.  También quiero agradecer a la persona que está haciendo posible que hoy yo esté aquí, entrenando muy fuerte, creciendo,  aprovechando cada instante para lograr el objetivo que trazamos juntos. Y pues Tatty son tantas, tantas las personas que no acabaría,  pero a todas aquellas personas que han sido parte de este gran proceso y sueño, seré grande, se los prometo. Esta historia hasta ahora comienza." 

Desde Alerta Tolima le deseamos a Jarol Stiven Valencia Murcia éxitos en su prometedora carrera.