“Junior” puede ser el último guardián de un estadio y del Murillo Toro
Atrás están quedando los tiempos en los cuales los partidos de fútbol eran interrumpidos por los perros, sí, esos animalitos tan queridos en los hogares también se pasearon por las programaciones de la Dimayor.
Ibagué no se quedó atrás y parte de la historia es con “Tony” antes del 2015 de quien se dice quedó enterrado en el estadio y quedó su hijo “Junior”, que alcanzó a estar en varios partidos al lado de su padre.
Algunos de estos perros se vieron inclusive en televisión y están en viejas fotos, unos correteaban la cancha, a los futbolistas, y hasta fueron cargados por algunos de ellos para que se fueran rápido, necesitaban empatar un partido, lo que no descarta que fuera una triquiñuela de algún técnico, de las que se usaron antiguamente.
“Junior” nació en el estadio Manuel Murillo Toro, en el se ha criado y seguramente se ira de este mundo, ya que solo no sale a la calle, sus paseos son para perseguir algún vicioso, o un ladrón que corre cerca al escenario para llevarse algo.
Jorge Henao, Nelson Chamorro y Sebastián Betancur que conforman la línea de seguridad del estadio son los padrinos de Junior y hacen que no le falte nada, comida, vacunas, cariño, al igual que el popular “Nacho” el canchero que se maravilla por el juicio del animal, descansa en el día, ojos abiertos en la noche, no pelea con otros perros ni de la calle y menos los que lleva la policía al estadio, no va a las tribunas, más bien tiene cierto temor al público y a la pólvora cuando esta se usa.
Quizá Junior es de los pocos (o ninguno) de los perros que quedan como mascota en un estadio de la liga, y para Ibagué puede ser el último, una operación que quien sabe quién la ordenó, lo deja sin descendencia, cuando parta, será difícil reemplazarlo, aunque como esta este mundo, cualquier cosa puede pasar, un holograma o inventarse algo con la tecnología, más allá de albergar otro perro guardián en el estadio