Desde 1930 hasta el 2022 se han jugado 22 Mundiales de fútbol, y en cada Mundial nos encontramos con singulares formas de idiosincrasias, vestimentas, comida, arquitectura, tradiciones, creencias, bailes y espectáculos humanos
¿Por que el fútbol se ha convertido en el deporte más popular del mundo?
Desde 1930 hasta el 2022 se han jugado 22 Mundiales de fútbol, y en cada Mundial nos encontramos con singulares formas de idiosincrasias, vestimentas, comida, arquitectura, tradiciones, creencias, bailes y espectáculos humanos. El mundo se paraliza cada 4 años. Ni siquiera es comparable con los Juegos Olímpicos porque hay deportes que no producen tanto drama, épica, tragedia y comedia como el fútbol. (Bádminton, por ejemplo). Hasta aquí algunas posibles respuestas a la pregunta de: ¿Por qué es popular el fútbol?
Pero, si queremos hallar más respuestas, podemos encontrarlas en el hecho de que el fútbol despierta pasiones hasta el punto de que se ha convertido en una de las maneras de la socialización e identidad humanas. Nos afiliamos a un equipo como si se tratara de un tatuaje y difícilmente cambiamos de equipo porque se trata de un hallazgo que se cose al alma. El fútbol es popular porque la cultura precisa de espectáculos masivos en los que haya música, licor, baile, carnaval, fiesta, ídolos de barro, es decir, el fútbol hace parte de una cultura que se masifica hasta perder la cordura.
En el fútbol hay arte, danza, poesía, estética. Finalmente, es uno de los negocios más rentables y está entre los sectores más productivos en términos económicos. (Publicidad, mercadeo, ventas por derechos de televisión, reventas, apuestas legales e ilegales, pollas, álbumes). Desde que pasó del amateurismo al profesionalismo, es uno de los renglones que maneja más grandes capitales. (Esto ha derivado en corruptelas). También ha servido como pretexto para mostrar lo mejor del ser humano: solidaridad, juego limpio, amistad y, en paralelo, lo peor: racismo, xenofobia, injusticias, explotación.
Por ello Al fútbol se le ha leído como un proceso civilizatorio, es decir, se ha dicho que se convirtió en un fenómeno a través del cual pasamos de la barbarie a la civilización y, por ende, se ha leído al fútbol como una metáfora de la guerra en la que dos bandos van por un triunfo, rodeados de escudos, banderas, cánticos, pero no hay muertos en los campos, únicamente jugadores que compiten por la victoria. Johan Huizinga, en Homo ludens, sostiene que nacimos para competir y, desde sus inicios, el fútbol tiene el sentido de la lucha por ganar entre amigos, vecinos, cuadras, barrios, ciudades, países.