Una preocupante situación en materia de ocupación en el cementerio Nuestra Señora del Carmen de Garzón, develaron las autoridades administrativas y eclesiásticas durante las últimas horas.
De acuerdo con el alcalde Leonardo Valenzuela Ramírez, tras evaluar la situación se encontró que a la fecha sólo se tiene disponibilidad para 30 fosas en tierra lo que supone inminentes dificultades de seguirse presentando el ritmo de muertes por causa de la pandemia del COVID-19.
Y es que, desde el inicio de la emergencia sanitaria, se han sepultado un total de 123 personas lo que ha hecho que la disponibilidad de espacio se haya reducido, lo que hizo que se reunieran con líderes de la Diócesis de Garzón para buscar soluciones a dicha problemática.
A su turno el vicario Héctor Gabriel Trujillo Luna manifestó que el espacio que hace algunos meses se destinó para inhumar los cuerpos de las personas fallecidas por la patología se ha copado en su mayoría por lo que se exploran otras alternativas con las cuales poder hacer frente a la situación.
El líder diocesano manifestó que no se puede permitir que el único cementerio de Garzón colapse, dado a que se debe reservar espacio para personas que mueran por causas distintas al COVID-19, por lo que expresó su preocupación al respecto.
Marco Antonio Cerra Molina, secretario general de Garzón indicó que se avanza en la exploración de alternativas y un plan de contingencia que permita hacer frente a la dificultad que supone la alta demanda de espacios en el cementerio para sepultar los fallecidos, entre las opciones figura el envío de los cadáveres a centros poblados o municipios de la región, la adquisición de un horno crematorio o la compra de un nuevo terreno.
Finalmente se concluyó que el tener que envolver los cuerpos en material plástico para evitar el riesgo de contagio por contaminación cruzada supone dificultades para la normal descomposición esquelética de los cadáveres, situación que hace más difícil contar con espacio disponible en los próximos años.
Otro municipio del centro del Huila presenta la misma problemática y es que en Timaná enterrar los muertos se convirtió en problema, pues no le cabe un muerto más al cementerio local por falta terreno en el campo santo.
Cabe indicar que, por riesgos de tipo ambiental, la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena CAM ha efectuado visitas al lugar he hizo el llamado tanto a la parroquia San Calixto como a las autoridades locales a realizar acciones de mitigación que eviten poner en riesgo a las comunidades aledañas.