Cuando se trata de prestar el servicio militar, o pertenecer a las fuerzas armadas de Colombia, para algunos jóvenes resulta emocionante lleno de adrenalina, y se pregunta este servidor; “estaría dispuesto a someterse a un régimen de disciplina diario, lleno de dificultades y hasta arriesgar la vida por defender nuestra patria”.
Pues bien hablaremos de un hombre que participio en la guerra de Corea, quien tuvo que lidiar con el miedo de los morteros, bombas y los enfrentamientos con un enemigo que también está preparado para repeler la agresión.
Se trata de Guillermo Montalvo, nacido en el Agrado Huila, demostró valentía y arrojo cuando fue designado al grupo de soldados que prestaron su servicio en la guerra de Corea en el año 1954.
El pasado lunes 23 de enero, a los 90 años, en Neiva, Huila y tras varios quebrantos de salud, este valeroso veterano partió a la eternidad dejando un legado de valor a los jóvenes que aun no conocen el miedo y un conflicto armado que en muchas veces no tiene una orientación y una razón de ser.
Guillermo Montalvo, tras su valerosa participación en la campaña de Corea, regresó a su Departamento y se radicó en la ciudad de Neiva, donde siempre estuvo vinculado al Ejército Nacional, de ahí la necesidad de efectuar un justo reconocimiento por su entrega a los ideales de Colombia, por ser guía para las nuevas generaciones y por su compañía, hasta sus últimos días de vida, en el camino que hoy transitan los soldados en busca de consolidar la paz y defender la vida.
Hoy su legado motiva a cada soldado colombiano a entregarlo todo por la defensa de la Nación. Un veterano de guerra que ofrendó los mejores años de su vida para garantizar seguridad y bienestar, ratificando la esencia del soldado: velar por la estabilidad de la democracia.
Su legado de vida vislumbra a un ciudadano que contagiaba a la población civil de la necesidad de buenos huilenses que trabajen en función del progreso de su tierra. A él #HonorYGratitud.