Ni las autoridades entienden que es lo que viene ocurriendo en el segundo municipio más importante del departamento del Tolima. No se termina de salir de un hecho de sangre, cuando a las pocas horas se registra uno nuevo, y es que los sicariatos están a la orden del día en el municipio ‘pelachiva’.
Ayer se había registrado un Consejo de Seguridad con altos mandos de la administración seccional, al igual que de Policía y Ejército, donde una de las conclusiones era que los ciudadanos estaban tomando la justicia por sus propias manos, señalaba el alcalde espinaluno, Juan Carlos Tamayo.
El más caso de homicidio, bajo la modalidad de sicariato ocurrió por parte de sujetos armados en el barrio Bosques de Roa, sobre la manzana A casa 2, en una peluquería sin razón social, un caso que tuvo que ser atendido por las autoridades seccionales.
Información suministrada a las noticias de La Cariñosa 1.420 AM da cuenta que dos sujetos, que se movilizaban a bordo de una motocicleta Criptón, color rojo, sin placas y en una bicicleta, dispararon en tres oportunidades contra de la humanidad de Ricardo Ordoñez Garcés, Intendente retirado de la Policía Nacional, para después desaparecer del sitio sin dejar rastro alguno.
Se pudo establecer que, pese a que Ordoñez Garcés fue trasladado de urgencia al hospital de la municipalidad, al ingresar ya no tenía signos vitales.
Se conoció que Ricardo Ordoñez Garcés, con cédula de Tuluá, en el Valle del Cauca, tenía 40 años y hacía pocos días había logrado la pensión de la Policía Nacional, en abril de este año.
Este uniformado en el grado de Intendente, laboraba en el CENOP como Instructor COR, actualmente estaba residenciado en El Espinal con su núcleo familiar y gozaba de las vacaciones de su merecida pensión.
Cabe destacar que con este caso serían cinco los asesinados a bala en el Espinal en menos de tres días, con esto se refleja que la inseguridad Reina en esta población.
Las autoridades investigan y tratan de dar con el paradero de alguno de los responsables de los hechos de sangre que pone en tela de juicio la seguridad en esta municipalidad. “Estamos sin Dios ni ley en mi Espinal”, dijo uno de los pobladores.