Ante los micrófonos de Alerta Tolima de las Noticias Populares de la Cariñosa se acercó el señor Carlos Julio Castro Rodríguez para contar cómo fue víctima de un brutal caso de exceso de uso de la fuerza por parte de personal de la Policía Metropolitana de Ibagué luego que un uniformado de esta institución lo sometiera, según él, a varias situaciones que desencadenaron en fuertes problemas para su salud.
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Los hechos ocurrieron en la Manzana 27 del barrio Jardín Santander el pasado domingo en la tarde, según Carlos, él se encontraba dentro de su casa cuando escuchó varios gritos que provenían de la calle y eran lanzados por un sobrino suyo, razón por la cual salió a investigar y se dio cuenta de que su familiar estaba teniendo un altercado con el subintendente William Corredor Pérez, de la METIB, quien arremetió en contra de Carlos con palabras soeces.
En cuestión de segundos toda la cuadra estaba llena de policías, puesto que el uniformado pidió refuerzos y la situación fue atendida por seis motorizados que capturaron a Carlos y lo llevaron a bordo de una patrulla hasta la Estación de Policía en el barrio El Salado, lugar donde al llegar, según el denunciante, el Subintendente Corredor lo golpeó en el pecho, le echó gas pimienta en los ojos y lo dejó esposado en una escalera.
Carlos manifiesta que sufre de ataques de epilepsia, y producto de los golpes sufrió un ataque en el cual no podía respirar y luego que lo vieran en esa condición lo dejaron salir, luego de imponerle un comparendo, no obstante, el afectado colapsó y quedó tendido a unos metros de la estación de Policía sin poder moverse mientras que recibía burlas por varios uniformados.
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Sus familiares, quienes se encontraban en el mismo lugar, grabaron en un video como se encontraba Carlos Julio, quien tuvo que ser llevado hasta las instalaciones de la USI del Salado, donde posteriormente fue trasladado a la Clínica Nuestra, donde fue atendido por los múltiples golpes que recibió en su tórax y las afectaciones en sus ojos.
Por último, Carlos Julio aprovechó para decir que teme por su seguridad y la de su familia, puesto que sumado a las afectaciones físicas que le dejó la golpiza que la denuncia le fue propinada por el uniformado y que se ha traducido a problemas en su trabajo porque no ha podido laborar al cien por ciento, también piensa que este subintendente puede tomar represalias en contra de él y sus seres queridos luego que se haga pública la denuncia.