A pan y agua estuvieron ibaguereños que fueron encerrados 24 horas en Aeropuerto de Cancún
La pesadilla inició este siete de Marzo cuando Jónatan Edwan Rubio, decidió celebrar el día de la mujer con su esposa Yésica Paola Caicedo y consideraron que viajar a Cancún , México, era la mejor opción aunque nunca pensaron que lo que inició como el sueño de pareja, terminaría en una verdadera pesadilla con una pérdida de más de $10 millones en ahorros para el viaje y que además inculpa a Migración de México por presunta discriminación de la que también fueron víctima 100 latinos más.
Fue así como una vez en el Aeropuerto Internacional de Cancún, agentes de Migración del país manito, retuvieron los pasaportes y demás documentación de los ibaguereños, quienes al preguntar qué pasaba, no les fue resuelto el interrogante, y donde finalmente, se les condujo a una habitación de aproximadamente 36 metros cuadrados donde también estaban recluidas 100 personas más, todas en condiciones infrahumanas, a punta de pan y unas gotas de agua por un lapso de 24 largas horas.
“Fuimos privados de nuestra libertad y los peor de todo es que acabaron con nuestras ilusiones, la agencia de viajes, ni la aerolínea nos ayudaron en nada, fuimos tratados como seres sin valor alguno por las personas de Migración México, aparte de eso hubo una mujer que le dieron una descarga con un taser y eso generó pánico en todas las personas que estábamos allá, así como llegamos, así nos devolvieron y ni una sola palabra del por qué”, agregó Rubio con voz temblorosa.
Así las cosas, una vez pasadas las 24 horas, con total silencio y sin explicación alguna, fueron llevados hasta el avión, donde toda su documentación pasó a manos de la aerolínea y hasta que no llegaron a Colombia, no les fueron devueltos, por eso, haciendo un llamado a la Cancillería General de la República de Colombia, expresan querer llegar hasta las últimas consecuencias y esperan que la violación a su derecho a la libertad sea penalizado para quieres incurrieron en este delito que atenta contra la dignidad de los derechos humanos, por eso, ante la pregunta: ¿volvería usted a Cancún?, la respuesta contundente asegura ¡Jamás volveríamos!.