Vendedor informal en Ibagué denuncia amenazas y abusos de policías: “Me han dicho que me matarán si no me voy”

Un vendedor informal de Ibagué ha denunciado públicamente que es víctima de acoso, amenazas de muerte e intentos de desplazamiento forzado por parte de agentes de la Policía Nacional, específicamente de los CAI Trinidad y Yuldaima, ubicados en el sur de la ciudad. Según su testimonio, los uniformados le han advertido en reiteradas ocasiones que debe abandonar la ciudad, asegurándole que, de no hacerlo, lo matarán o harán que lo maten.

La denuncia ha generado preocupación e indignación entre la comunidad, especialmente entre otros comerciantes informales, quienes temen que esta situación refleje un abuso de poder sistemático contra quienes buscan su sustento en las calles.

Un patrón de acoso y amenazas

En declaraciones a la emisora La Cariñosa, el afectado relató que los abusos por parte de los policías no son recientes. De acuerdo con su versión, durante los últimos meses ha sido víctima de constantes hostigamientos mientras trabaja en su punto de venta. Afirma que los uniformados han intentado expulsarlo de la zona, alegando razones poco claras, y que, además, han hablado mal de él ante sus clientes con el fin de perjudicar su negocio.

“Me han dicho directamente que si no me voy de la ciudad, me matarán o harán que me maten. Han intentado sacarme a la fuerza de mi lugar de trabajo y han hablado con la gente para que no me compren. Todo esto me está afectando no solo emocionalmente, sino económicamente”, expresó la víctima en su testimonio.

Además de estas amenazas directas, el comerciante asegura que los uniformados han realizado operativos selectivos en su contra, confiscándole mercancía sin justificación y exigiéndole que se retire del lugar sin presentar ninguna orden formal que sustente la medida.

Denuncias ignoradas y temor por su vida

Ante la gravedad de la situación, el hombre decidió acudir a la Fiscalía General de la Nación para interponer una denuncia formal contra los agentes involucrados. Sin embargo, afirma que, hasta la fecha, no ha recibido respuesta ni ha observado avances en la investigación. La falta de acción por parte de las autoridades ha incrementado su temor, pues, según él, han intentado silenciarlo y ha recibido ofertas de dinero a cambio de su silencio.

“Fui a la Fiscalía porque ya no aguanto más esta persecución. Denuncié con la esperanza de que me ayudaran, pero hasta ahora no han hecho nada. Siento que estoy solo en esto y que mi vida corre peligro. Es como si quisieran que me calle, incluso han tratado de comprar mi silencio”, aseguró el denunciante.

El temor no solo afecta al vendedor, sino también a su familia, quienes han manifestado preocupación por su seguridad. “No sabemos hasta dónde puedan llegar. Solo queremos que se haga justicia, que alguien escuche y haga algo antes de que pase una tragedia”, dijo un familiar cercano.

Indignación y exigencia de justicia

El caso ha generado rechazo entre la comunidad y organizaciones defensoras de los derechos humanos, que han solicitado una investigación rigurosa para esclarecer los hechos y determinar si existen responsabilidades dentro de la institución policial. La comunidad pide garantías para la seguridad del denunciante y su familia, además de sanciones ejemplares en caso de que se comprueben los abusos denunciados.

“Las denuncias de abuso policial no pueden quedar impunes. Es inaceptable que un ciudadano tenga que vivir con miedo porque quienes deberían protegerlo se convierten en una amenaza. Exigimos que la Fiscalía actúe de inmediato y que se garantice la protección de esta persona”, manifestó un representante de una organización de derechos humanos local.

Mientras tanto, la víctima sigue esperando justicia y protección. “Yo solo quiero que me dejen trabajar y que no atenten contra mi vida ni la de mi familia. No es justo que tenga que vivir con miedo por hacer una denuncia. Pido que alguien me ayude antes de que sea demasiado tarde”, concluyó.