El mar se convierte en el gran atractivo para propios y turistas, quienes encuentran en sus aguas un verdadero oasis de felicidad, pero ante el más mínimo descuido que se tenga, el atractivo pasa a convertirse en la más grande tragedia.
Y eso fue lo que le ocurrió a una familia y amigos residentes en el barrio La Esperanza de la capital bolivarense, quienes en medio de la alegría por el disfrute del oleaje de aguas saladas, hoy lloran a un niño de 13 años que terminó ahogado en el corregimiento de Bocachica, jurisdicción de Cartagena.
El menor ha sido identificado como Deiker Durango Díaz, un estudiante que cursaba octavo de bachillerato en el colegio María Reina, pero por esas cosas del destino, cuando ya estaban para regresar a la ‘Heroica’, y como todo niño encantado por la playa, quiso meterse al agua para darse otro chapuzón, sin pensar que ese sería el último de su vida.
Un allegado del menor contó que a las 2 de la tarde, cuando esperaban la lancha que los traería de vuelta a casa, Deiker decidió meterse de nuevo al agua en compañía de un hermano menor, "de repente se hundió, pero no salió más, por lo que el hermanito dio aviso a la familia".
Las voces de auxilio no se hicieron esperar, ante lo cual varias personas que se encontraban en el lugar de inmediato fueron tras el rescate del menor, logrando sacarlo aún con vida y llevarlo a la orilla.
Contó el familiar que "amigas enfermeras de la familia que estaban en el compartir, les prestaron los primeros auxilios a Deiker, hasta que llegara la ambulancia lancha para llevarlo al Hospital de Bocagrande, donde a pesar de los esfuerzos por parte del personal en turno, el pequeño murió".