El nuevo misil balístico intercontinental gigante presentado por Corea del Norte en un desfile es una amenaza explícita contra al sistema de defensa antimisiles estadounidense pero también un desafío implícito al presidente Donald Trump, según los expertos.
Colocado en un vehículo lanzador que desfiló por la plaza Kim Il Sung de Pyongyang, el misil balístico intercontinental (ICBM) constituyó el apogeo del desfile nocturno celebrado en la capital norcoreana.
Los expertos subrayaron que se trata del misil móvil de combustible líquido más grande del mundo, y que muy probablemente fue diseñado para transportar una ojiva de varias cabezas nucleares(MIRV).
Según Jeffrey Lewis, del Middlebury Institute, el régimen norcoreano busca "claramente poner a prueba el sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos en Alaska".
El experto explicó que si el ICBM comporta tres o cuatro ojivas, Estados Unidos deberá gastar cerca de 1.000 millones de dólares para tener entre 12 y 16 interceptores por cada misil.
"A ese precio, estoy casi seguro de que Corea del Norte puede añadir ojivas más rápido de lo que nosotros podemos añadir interceptores", señaló.
Se calcula que el misil mide 24 metros de largo y que tiene un diámetro de 2,5 metros, lo cual, según el especialista Markus Schiller, permite cargar 100 toneladas de carburante.
Sin embargo, al ser tan grande y pesado es prácticamente inutilizable, matizó.
"Eso no tiene absolutamente ningún sentido, salvo en un contexto de ecuación de amenazas que consistiría en enviar el mensaje siguiente: 'Ahora tenemos un ICBM móvil con MIRV, tengan mucho miedo'".
Los especialistas en Corea del Norte suelen recordar que los artefactos que Pyongyang suele exhibir en sus desfiles pueden ser maquetas y que hasta que no son probados no se sabe a ciencia cierta que funcionen.
El sábado, el misil estaba colocado en un vehículo de 11 ejes, lo nunca visto hasta ahora. El modelo es mucho más grande que el de los vehículos de ocho ejes fabricados en China que el Norte suele utilizar.
"Ese artefacto quizá sea más aterrador que el misil", declaró Melissa Hanham, investigadora en la organización Open Nuclear Network.
"Si Corea del Norte es capaz de producir sus propios chasis, hay menos limitaciones en el número de ICBM que pueda lanzar".
"Línea roja"
El primer año de mandato de Donald Trump, en el que Corea del Norte lanzó un ICBM con capacidad para alcanzar territorio estadounidense, estuvo marcado por una serie de insultos entre Trump y el dirigente norcoreano Kim Jong Un, que precedieron a un acercamiento diplomático histórico.
Sin embargo, las negociaciones sobre la desnuclearización de Corea del Norte están en punto muerto desde la cumbre de Hanói de 2019, que se saldó en fiasco.
Este ICBM es la prueba de que Corea del Norte ha continuado desarrollando su arsenal militar durante el proceso diplomático, según los expertos.
"Lo queramos o no, Corea del Norte es una potencia nuclear y es probablemente la tercera potencia nuclear capaz de atacar ciudades estadounidenses, por detrás de Rusia y China", declaró a la AFP Andrei Lankov, del Korea Risk Group.
Más de 12 horas después de que terminara el desfile, la televisión norcoreana subrayó que ni Trump ni su rival demócrata en las elecciones presidenciales, Joe Biden, tuitearon.
Según Shin Beom-chul, del Instituto de Investigación coreano para la Seguridad Nacional, al exhibir el misil y no lanzarlo, Pyongyang evitó cruzar una línea roja.
"Pero esto muestra que Corea del Norte podría proceder a un lanzamiento si Trump resulta reelegido e ignora la cuestión norcoreana", matizó a la AFP, algo que también podría hacer "si Biden es elegido y no escucha" a Pyongyang.