Diego Armando Amaya Pérez fue condenado hace 6 años en Barrancabermeja, Santander, por el feminicidio de la médica Yolsabet Durán Guzmán, después de que aceptara los cargos. Sin embargo, en las últimas horas quedó en libertad por vencimiento de términos.
Luego de una audiencia ante el juez quinto municipal, el abogado del detenido alegó que su cliente cumplió un plazo razonable privado de la libertad, sin definir su situación. Razón por la que la jueza, con funciones de control de garantías dentro del proceso contra el sindicado, cambió la medida de aseguramiento y puso en libertad al detenido.
“No podemos desconocer este concepto de plazo razonable, al momento de valorar la tardanza en la que incurrieron las autoridades a las que les competía resolver este caso”, señaló la jueza durante la audiencia.
Además, manifestó que el Tribunal Superior de Bucaramanga “demoró 4 años y ahora va casi otro año en el que no se ha resuelto la situación jurídica. Lo cierto es que, si bien es una medida suspendida, el plazo razonable se ha desbordado en esta oportunidad”
Anteriormente, el Tribunal había ordenado la revisión del proceso porque no se contaba con las pruebas suficientes que demostraran señales de tortura, mientras que Amaya Pérez permanecía detenido en la cárcel de Máxima Seguridad de Palogordo, en Girón.
Sin embargo, valiéndose de la medida jurídica, y a pesar de que en la última audiencia la Fiscalía le hubiese imputado el delito de feminicidio agravado después de aceptar los cargos; la familia de la víctima exigió que el caso no quede impune, respetando las órdenes de juez, pero solicitando su derecho a esclarecer lo sucedido.
“Rechazamos con contundencia la medida, ya que han sido años reclamando justicia frente a este caso y hoy se expone más a seguir en la impunidad. Por lo que nuevamente hacemos un llamado a las organizaciones sociales, a los líderes y defensores de derechos humanos para que nos sigan acompañando en este proceso”, publicaron en un comunicado la familia y víctimas de este crimen.
La médica tenía 24 años cuando fue asesinada. Fue enterrada en una fosa, en la casa de un amigo cercano, después de ser golpeada por temas pasionales en noviembre de 2016. La joven trabajaba en el Centro de Salud Versalles donde realizaba el servicio rural de su carrera.