El burro criollo colombiano ha sido un aliado para los campesinos por su capacidad de adaptación a las condiciones climáticas, la resistencia a las enfermedades y su mantenimiento que sale económico.
Sin embargo, el burro está en peligro de extinción ya que algunas cifras indican que mientras en 2010 había 134.251 individuos, en 2015 se registraron apenas 75.072.
Las principales razones por las que este burro criollo colombiano está en peligro son las exportaciones indiscriminadas de pieles a China, donde hacen con ellas un medicamento tradicional llamado Ejiao, una especie de gelatina vigorizante; y los altos índices de consanguinidad o endogamia, que han provocado la pérdida de su variabilidad genética.
Juan David Montoya Páez, doctor en Biotecnología de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, reconoció que los bancos de germoplasma o células reproductoras son ideales para su preservación, aunque se difícil inseminar artificialmente a las hembras con semen congelado.
“Además de que el espermatozoide puede morir en el proceso de congelación-descongelación, los crioprotectores (sustancias usadas para conservar los espermatozoides) suelen generar inflamación en el útero de las hembras impidiendo la fecundación", indicó.
El reto de Montoya fue buscar componentes que pudieran incluirse en la congelación, y se mantuviera óptimo el estado de eyaculación para facilitar la fecundación.
“Trabajamos con crioprotectores permeables –es decir que entran en contacto directo con el interior de los espermatozoides– y no permeables –que no entran en contacto directo, sino que se mantienen al margen–, dimetilformamida, sacarosa, albúmina sérica bovina y plasma seminal, por separado y con distintas combinaciones entre sí”, manifestó Montoya Páez.
El semen de los asnos se recolectó en el Valle de Aburrá, en lugares que son dedicados a la cría de criollos colombianos.
Se tomaron tres eyaculados de 10 individuos, con un periodo de descanso de una semana, mediante el método de vagina artificial. Luego se criopreservó ese semen, una parte centrifugada para extraer el plasma seminal y otra diluida en compuestos como azúcares y antibióticos.
Antes y después de congelarlas, la calidad de las muestras se analizó a partir de los niveles de movilidad, vitalidad, morfología e integridad de la membrana plasmática.
Juan David Montoya Páez explicó que encontraron “que es muy importante que en la congelación se incluyan crioprotectores permeables, en este caso la dimetilformamida. Como al parecer estos son los que generan irritación en el útero al momento de inseminar, mezclamos con plasma seminal y encontramos resultados positivos tanto en la calidad general como en las pruebas de fecundación en el laboratorio”.