Varios expertos han llamado la atención sobre la necesidad de proteger la salud del consumo del cigarrillo convencional y el electrónico.
Existe una creciente tendencia de que el vapeo es inofensivo, pero en realidad puede causar daños significativos en la salud. En muchos casos no ocurren a la misma velocidad de los que se evidencian con los cigarrillos tradicionales de combustión.
Según cifras oficiales, más del 50% de los tumores malignos del pulmón son secundarios a la exposición al humo de cigarrillo.
Lucía Viola, neumóloga y miembro del programa de detección temprana de la Fundación Neumológica Colombiana y la Fundación CTIC, explicó que “el consumo de cigarrillo no solo condiciona la aparición de cáncer de pulmón, también es un factor de riesgo para enfermedad cardiovascular, como infartos al corazón, aneurismas e hipertensión. En relación con el aparato respiratorio, es un factor de riesgo para la aparición de asma, fibrosis pulmonar y otras enfermedades fibrosantes del pulmón, enfisema pulmonar con o sin EPOC, Enfermedad Pulmonar Obstructiva crónica”.
Si bien los efectos dañinos hacia la salud son conocido, pero muchas personas optan por empezar con una transición para no dejar por completo dejar de fumar, así que eligen usar los vapeadores.
Los vapeadores “son una fuente de exposición a sustancias con potencial carcinogénico, promueve daños en las células, afecta la respuesta inmune normal y, en altas dosis, el desarrollo normal de los fetos”, dice un estudio de la Universidad Javeriana.
Por su parte, José Luis Blanco, médico especialista en medicina interna y neumología, afirmó que es un mito que el cigarrillo electrónico no sea nocivo para la salud, “realmente no hay ninguna condición que nos haga pensar que es menos nocivos o no nocivos, por el contrario, tienen daño a mediano, corto y largo plazo, por lo que deben evitarse en lo posible”.
Lucía Viola manifestó que existen estudios que demuestran que “el cigarrillo electrónico también genera cambios en los tejidos que se exponen a la combustión del mismo, no existen asociaciones médicas que recomienden su uso para lograr el abandono o cesación del consumo de cigarrillo convencional y tampoco reduce el daño”.
¿Cómo dejar de fumar?
Los expertos hicieron algunas recomendaciones para dejar de fumar, pero se debe tener en cuenta que no existen medicamentos que sirvan para quitar este hábito.
1. Aceptar que se trata de una condición involuntaria y que debe abordarse tal como si se tratara de una enfermedad.
2. Realizar un diagnóstico a través de un examen físico enfocado en los factores que disparan o perpetúan la condición fumadora.
3. Incluir terapia de apoyo como: psicosocial, psicológica, psiquiátrica, toxicológica y en algunos casos farmacológica, dependiendo de la gravedad. También es importante empezar a practicar ejercicios de relajación y hacer actividad física.
4. Según prescripción médica, algunos medicamentos antidepresivos podrían funcionar para quitar el hábito de fumar.
5. Consultar a un médico para determinar cuál terapia de reemplazo puede ser la más adecuada según cada caso.