Con esta técnica japonesa podrá tener una vida más larga usando el sexo
Durante siglos, la cultura occidental ha condicionado al ser humano a vivir en una carrera contra el tiempo en donde la inmediatez parece ser un componente fundamental para lograr el éxito, en medio de un estilo de vida cada vez más frenético. Sin embargo, en el lejano oriente las cosas eran distintas y antes de que el Japón se conectara con el occidente el sexo se usaba como una terapia médica de sanación pausada.
Estas técnicas medicinales fueron consignadas en el Ishinhō, un tratado milenario que reúne diferentes conocimientos sobre la medicina japonesa en torno al uso de técnicas durante el sexo, como método para sanar males y así vivir más tiempo.
¿Cómo usar el sexo para sanar males y tener una vida larga?
Movimiento lento, suave y rítmico
La medicina tradicional japonesa considera el sexo como un acto en donde hay un intercambio de energía entre dos personas, por ello el cuerpo no es solamente un elemento físico, sino en uno ser energético y espiritual.
En este sentido, el acto sexual no solo representa un escenario de placer pues también es un ejercicio que busca crear un balance perfecto entre el cuerpo, lo energético y lo espiritual, para obtener una vida larga y sin complicaciones. La creencia indicaba que el no ejecutar correctamente el sexo haría que una persona fuese víctima de posesiones demoniacas o espíritus malvados.
Por lo tanto, entre más lento, suave y rítmico llegue a ser el acto sexual así mismo se podría logar un estado de vitalidad especial, que podría repeler las enfermedades y hasta la vejez. De modo que la meta es lograr mejor conexión de energía vital entre ambas personas y no solo llegar al placer con la eyaculación.
Sexo más profundo
Según esta teoría, mientras las personas se conectan durante las relaciones sexuales, estas pueden llegar a estar en un estado de meditación cada vez más profundo. Al poder alcanzar dicho estado, se podría lograr la sanación de problemas físicos, emocionales y espirituales.
Justamente por esta razón los monarcas que hacen parte de la corte imperial japonesa tenían derecho a tener varias esposas y amantes. Pues el sexo era un acto sagrado, que entre más se tuviera entre personas de buen linaje sería mucho mejor.
No obstante, también se consideraba que el sexo es un acto de gran responsabilidad pues, así como se transmite energía, conocimiento y sanación, es posible adquirir las penas y cargas de las vidas pasadas del amante. De modo que, en el Japón antiguo, el sexo con varias personas no era un asunto de libertinaje.