Descubren insectos que habitaron el centro de Colombia hace 100 millones de años
Cuando se piensa en fósiles del Cretácico en Colombia, lo primero que se viene a la mente son lugares como Villa de Leyva, Boyacá y Zapatoca, Santander. En estas poblaciones es común encontrar una amplia gama de fósiles pertenecientes a grandes reptiles marinos, pterosaurios, peces y una gran cantidad de invertebrados como las amonitas y los cangrejos.
Al igual que estos últimos, los insectos son invertebrados que de hecho representan una parte considerable de la diversidad actual de animales, pero cuyo registro fósil en el país es prácticamente nulo.
Es por esa razón que el descubrimiento de varios paleontólogos de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario ha sido considerado tan especial. Los expertos descubrieron los restos fosilizados de dos insectos de agua dulce en una cantera en el municipio de La Calera, cerca de Bogotá.
“Previo a este descubrimiento, solamente se habían reportado unos fragmentos de alas pertenecientes a una libélula de 120 millones de años de antigüedad en Villa de Leyva y nidos fosilizados de avispas de hace 16.000 años encontrados en Pubenza, Cundinamarca”, comentó Andrés Alfonso, estudiante de la maestría en Ciencias Naturales de la institución, y quien lideró la investigación publicada recientemente en la revista internacional Cretaceous Research.
Este descubrimiento permite entender de una mejor manera el ecosistema de esta región del país hace aproximadamente 100 millones de años.
La presencia de estos insectos junto a características propias de las rocas, indican que en esta zona se desarrolló un antiguo lago de agua dulce, rodeado de plantas, lo que permite entender mejor los ambientes que dominaron el norte de Suramérica durante parte del periodo geológico conocido como el Cretácico, puntualizó el paleontólogo Edwin Cadena, profesor Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario.
Encontrar insectos en ámbar es bastante habitual, sin embargo, encontrarlos preservados solo en las rocas es algo poco usual; considerando que los cuerpos de los insectos, al carecer de estructuras rígidas como conchas o caparazones suelen deteriorarse rápidamente y no dejar huella de su existencia en el registro fósil.
Por esta razón, este hallazgo es tan especial, y muy seguramente permitirá el inicio de futuras investigaciones en la zona de la Calera, que espera seguir liderando el grupo de investigaciones en Paleontología Neotropical Tradicional y Molecular (PaleoNeo) de la Universidad.