Un implante capilar es un procedimiento quirúrgico que se realiza para tratar la calvicie y mejorar la apariencia del cabello.
Consiste en extraer folículos pilosos de una zona del cuero cabelludo donde el cabello es abundante, como la nuca o los laterales de la cabeza, y trasplantarlos en las áreas afectadas por la calvicie.
Los estándares sociales y las evaluaciones basadas en la apariencia física tienen un impacto en la autoestima y la confianza personal, por ende, la pérdida de cabello puede desencadenar una serie de efectos negativos en algunos aspectos emocionales.
“La pérdida de cabello no solamente altera la imagen física de una persona, sino que también influye en su identidad personal. Se ha demostrado que aquellos individuos que experimentan una significativa pérdida enfrentan desafíos en su autoestima y estado de ánimo. Inclusive, muchas personas desarrollan complejos debido a esta situación, lo cual repercute de manera negativa en sus relaciones interpersonales y vida social”, explican desde la Clínica Capilar Mediarte.
Sin embargo, los procedimientos de implante capilar se convirtieron en una solución eficaz para contrarrestar los efectos negativos de la pérdida de cabello, al tiempo que mejoran la calidad de vida, emocional y psicológica de los pacientes, según expertos.
Un estudio realizado por los doctores Mohebi y Rassman reveló que los pacientes que se sometieron a este procedimiento experimentaron un aumento en la autoestima y una mejora en sus relaciones sociales.
Los resultados también mostraron mejoras en otros aspectos psicosociales, como la felicidad, la sensación de juventud; además de sus beneficios para la vida sexual.