Fernando Botero y la última obra que estaba pintando: su hija revela conmovedores detalles
El pintor y escultor Fernando Botero, el artista colombiano más célebre, conocido por sus esculturas de voluptuosas figuras, falleció este viernes a los 91 años de edad.
El artista, nacido el 19 de abril de 1932 en Medellín, seguía pintando en su estudio hasta que sufrió una neumonía por la que tuvo que ser ingresado, pero el jueves salió del hospital para recuperarse en casa.
Su hija Lina Botero confirmó en La FM de RCN Radio que falleció en Mónaco esta mañana: "Llevaba cinco días bastante delicado de salud porque había desarrollado una neumonía".
Acá la entrevista completa
“Todo lo que mi papá quería hacer, lo hizo en vida, no dejó nada pendiente, él decía que quería morir con el pincel en la mano y así fue”, indicó durante la entrevista.
Según lo reveló su hija, el artista hasta hace cuatro días estuvo trabajando cerca de cuatro horas diarias “lo hacía sentado, porque desde hace más de un año no podía trabajar de pie (...) en los últimos meses solo trabajaba con la técnica de acuarela”.
"Mi papá desde hace 10 años padecía de Parkinson, pero no era el Parkinson que lo hacía temblar, tenía dificultad para moverse y de hablar", explicó doña Lina.
Un conmovedor relato desde su estudio
Lina Botero, le contó a Luis Carlos Vélez que tras confirmarse la muerte de su padre, se desplazó a su estudio para tener un contacto más cercano con la labor que tanto marcó su vida, desde donde continuó la entrevista con La FM de RCN Radio.
"Acá estoy viendo el santuario de mi papá, yo le decía que la vista que él tenía era increíble, pues se puede ver el Puerto de Mónaco, pero él me decía que nunca se fijaba en el paisaje, sino en las obras que hacía en el momento", indicó Botero.
De igual manera, señaló que en los últimos años le ayudó a su padre desde el estudio "yo le preparaba sus acuarelas, un te helado y él se sentaba a trabajar en total silencio y yo sabía que teníamos que apagar todos los teléfonos. Al final del día me mostraba lo que había hecho".
"Acá estoy al lado de su escritorio de casi tres metros, el sábado pasado él estuvo haciendo el dibujo en acuarela de una pareja bailando con una rockola en el fondo, como especie de un bar. No está terminada, está a blanco y negro (...) Esta obra tiene un valor sentimental inmenso", reveló.
"No sabremos qué pasará con estas obras, pues mis hermanos llegan mañana y tendremos que tomar varias decisiones para que el legado no muera".