Las cabañuelas, derivadas de la palabra latina “cabañola”, tienen su origen en antiguas creencias de observar y registrar fenómenos naturales para el año y sí planear los cultivos y las recolecciones.
Las cabañuelas y las re cabañuelas son métodos tradicionales para predecir el clima del año, basados en la observación de los primeros días de enero y agosto. Estas prácticas tienen su origen en España y se han transmitido de generación en generación en algunas regiones de Colombia, especialmente entre los campesinos y agricultores.
Según las cabañuelas, cada día del 1 al 12 de enero representa el clima de cada mes del año, en orden consecutivo. Así, el primer día corresponde a enero, el segundo a febrero, el tercero a marzo, el cuarto a abril, el quinto a mayo, el sexto a junio, el séptimo a julio, el octavo a agosto, el noveno a septiembre, el décimo a octubre, el undécimo a noviembre y el doceavo a diciembre. Para confirmar el pronóstico, se hace una re cabañuela, que consiste en observar el clima de los siguientes 12 días, del 13 al 24 de enero, pero en orden inverso. Es decir, el día 13 representa a diciembre, el 14 a noviembre, y así hasta el 24, que representa a enero.
Las cabañuelas de agosto funcionan de la misma manera, pero se consideran más precisas, ya que se acercan más al año siguiente. Además, se tiene en cuenta el comportamiento del viento, las nubes, las mareas y otros fenómenos atmosféricos para hacer una predicción más detallada.
Aunque las cabañuelas no tienen ninguna base científica y han sido refutadas por los meteorólogos, muchas personas siguen creyendo en ellas y las usan para planear sus actividades de siembra, cosecha, viaje y otras, esperando tener un buen año. Las cabañuelas son una muestra de la riqueza cultural y la diversidad de creencias que existen en Colombia.