Llegar a una edad y ver que todo su círculo social está comprometido o a punto de casarse es una situación que a muchos jóvenes adultos les ha pasado. No obstante, sentir que ese compromiso lo enferma puede ser síntoma de un problema denominado gamofobia.
Este miedo excesivo e incontrolable por el matrimonio puede generar problemas físicos que son acompañados de ataques de pánico.
Y aunque esto suene irracional, al igual que otras fobias, el solo hecho de ver a una pareja contrayendo matrimonio puede generar en la persona un pánico exagerado.
¿Cómo surge la fobia al matrimonio?
Aunque el miedo es normal en las personas, la mayoría de las fobias se inician en la infancia. Estas pueden ser causadas por situaciones en las que la persona estuvo sometida a mucho estrés o presenció un acontecimiento traumático.
"Cuando una persona se enfrenta al estímulo temido (animales, alturas, exámenes, reuniones sociales, etc.) aparece una ansiedad severa que se manifiesta con síntomas físicos y psíquicos", expresa Felipe Ortuño Sánchez, codirector del departamento de Psiquiatría y psicología clínica de la Universidad de Navarra, en España.
En el caso de la gamofobia, puede formarse en la edad adulta y pueden ser detonados por una relación conflictiva de los padres o por situaciones que calaron en la persona como violencia intrafamiliar o un mal divorcio.
Estas experiencias de infancia pueden generar mucho dolor y producir un miedo a vivir situaciones similares.
Otros de los motivos por los que una persona puede sufrir de esta fobia son la baja autoestima, la inmadurez emocional e inclusive un apego disfuncional, que puede experimentarse en relaciones amorosas complejas, dejando un miedo a tener nuevos compromisos.
¿Cómo se manifiesta la gamofobia?
El miedo irracional e incontrolable al matrimonio o el compromiso es su característica principal.
Asimismo, se puede manifestar a través de otros síntomas y rasgos de personas que padecen de estos trastornos. Entre ellas, la respuesta emocional, la falta de justificación y las manifestaciones físicas son las más representativas.
Entre las manifestaciones físicas se puede presentar dificultad para respirar, dolor en el pecho, desvanecimiento, elevación de la presión y náuseas.
Aunque este es un problema que tiene solución, lo primero que se debe hacer para superarlo es aceptar y reconocer que se padece de gamofobia. Luego, la asesoría de un profesional será la clave para iniciar con terapias como la de exposición, cognitiva o psicodinámica, según sugiera el profesional.