Un paro cardiorrespiratorio fue la causa de la muerte de Bruno, un perro que dejó de existir la noche del 24 de diciembre mientras escuchaba el ruido de la pólvora.
Según información suministrada por los dueños de la mascota, “Bruno se encontraba temblando del miedo y el corazón le latía con mayor frecuencia, yo me acerqué hasta donde mi vecino, para decirle que no siguiera quemando pólvora porque mi perrito se sentía muy mal, pero el vecino hizo caso omiso y siguió con la bulla de la pólvora”.
“Bruno se bajó de mis piernas y se fue a refugiar debajo de la cama, de donde nunca más salió, al día siguiente lo encontramos muerto. Mi perro se murió por el miedo que le generó el ruido de la pólvora”. Aseguró el amo de la mascota.
Ante lo sucedido se pronunció Lorenzo Bonilla, abogado y defensor de animales de la ciudad de Santa Marta, quien aseguró que, “lamentablemente por el uso irresponsable de la pólvora por algunos vecinos del barrio minuto de Dios en la ciudad de Santa Marta, murió Bruno, un perrito rescatado de la calle quien fue esterilizado y adoptado, sufrió las consecuencias del ruido de la pólvora”.
“Bruno presentó nerviosismo al momento de lo ocurrido, las autoridades no llegaron pese al llamado que realizaron los amos del perrito. Tenemos un decreto que prohíbe el uso de la pólvora, pero las personas no lo cumplen y las autoridades no hacen control”. Puntualizó el animalista Lorenzo Bonilla.
Es de anotar, que en Colombia existe la Ley 2224 de 2022 que regula el uso, la fabricación, la manipulación, el transporte, el almacenamiento, la comercialización, la compra, la venta y el expendio de pólvora y productos pirotécnicos en todo el territorio, que ya fue reglamentado por decreto.
La ley no solo cobija a los animales, sino también a las personas en condición de síndrome de down y autismo.
“No se permitirá el uso y manipulación de artículos pirotécnicos tipo 3 en el espacio público, por personas sin capacitación o experiencia en la materia. Solo los técnicos que tengan vigente la licencia de manipulación de artefactos pirotécnicos, otorgadas por la autoridad competente, podrán realizar dicha actividad conforme a la regulación de espectáculos públicos y eventos susceptibles de generar aglomeraciones", dice la ley.
Igualmente, se redujo por ley el ruido que puede hacerse en espectáculos pirotécnicos, pasado de 200 a 90 decibeles como límite.
La persona que incumpla podría llegar a pagar hasta 300 millones de pesos si se afecta la vida de una persona por la mala manipulación de la pólvora.