Todo ha cambiado en ventas, los medios de comunicación siguen siendo el mejor canal de ventas de productos, no solo por su difusión sino por el trámite legal para la venta del mismo, asegurando que es real lo que nos venden con protección al consumidor, pero seamos realistas. Las redes sociales y la implementación de publicidad en cada página o aplicación es un hecho que vivimos a diario.
El algoritmo y la inteligencia artificial muestran lo que nosotros queremos ver, muchas empresas han visto la oportunidad de difusión de productos y ofertas, pero. No es un medio ideal para las micro empresas con bajo presupuesto y redes sociales que están iniciando.
Sin duda la tendencia en estos momentos son los influencers o instagramers, que a través de sus redes sociales crean contenido llamativo y logran un gran número de seguidores, a los cuales podemos mostrarle nuestros productos a un costo medio en algunos casos, pero. ¿Sirve promocionar mis productos con ellos?
Hace poco la Superintendencia de Industria y Comercio lanzó una regulación que obliga poner la etiqueta #Publicidad para que la gente tenga en mente que están pagando por promocionar ese producto, sin duda un paso pequeño para lo que se desea realizar y evitar estafas o promoción de productos que no cumplen con lo ofrecido.
Así mismo como en todo negocio, si no inviertes bien tu dinero en promocionar tu producto, serán simplemente gastos sin alguna ganancia más allá de ser efímero en las redes.
Que un influencer promocione tu producto en sus historias o posteo no te garantiza que la gente lo compre, por más seguidores que tengan, todos los productos deben generar recordación.
Una sola publicación no basta, las personas le dan siguiente cuando no es un contenido interesante y no va al grano inmediatamente, muchos instagramers le dan vuelta para recomendar el producto. Si el influencer sube mucho contenido a diario tal vez puede ser perjudicial para tu producto, pues quedará perdido en toda la información que comparte.
Más que los seguidores, revisa cuántas personas ven sus historias, ejemplos como las cuentas que tienen más de 50mil seguidores pero en las historias solo reportan 700, al final nos damos cuenta que es una cuenta comprada o con seguidores falsos o bots comprados que es aun peor.
Cuando se hizo viral la publicación de la mujer caleña en Facebook “perdí mi dinero pagándole a un influencer por promocionar mi producto”. Tiene toda la razón, pues ella no tenía conocimiento del tema y el instagramer no le brindó más que unas publicaciones vacías sin contenido que nadie quería ver.