Un estudio revela que los niños de hoy en día no saben que es un chancletazo
Está claro que con el paso del tiempo, la manera de reprender ha cambiado en todo el mundo. Un estudio publicado por la revista Jama Pedriatrics en EE.UU, determina que la manera de corregir a los niños de hoy, ya no es por cuenta de insultos o los famosos chancletazos con los que muchos crecieron.
El informe indica que debido al cambio generacional, a los diferentes movimientos contra la violencia en cualquier tipo de expresión y al cambio de leyes que se viven en todo el mundo, hoy en día la manera de corregir ha cambiado, pues según una encuesta realizada, en 1993 el 50% de los padres incluía en la formación de sus hijos un castigo físico, mientras que en 2017 los chancletazos, nalgadas e insultos disminuyeron en un 35%.
Para el doctor pediátrico Robert Sege, coautor de la declaración de políticas sobre castigo físico de la Academia Estadounidense de Pediatría, esta reducción de los castigos físicos en los niños de hoy no es suficiente, pues él opina que estas cifras deberían bajar a 0% ya que corregir y ayudar a la formación de los futuros adultos no depende de los castigos físicos ni verbales, opinión con la que muchos no están de acuerdo, pues aún hay padres que piensan que esta es una manera efectiva de forjar humanos responsables y con más compromiso en las diferentes etapas de la vida.
A pesar de los resultados del estudio, durante la pandemia y el tiempo de confinamiento el estrés causado por el encierro y la incertidumbre de lo que vaya a pasar más adelante, ha hecho que muchos padres apliquen el correctivo de la chancleta o el correazo, debido a la triste situación de que muchos, antes de la pandemia se escudaban en las instituciones educativas para poder dedicar tiempo a su trabajo y dejar que la escuela aplicara correctivos en sus hijos.
De acuerdo a lo anterior, las familias afrodescendientes, de bajos recursos o donde solo hay una figura de autoridad, ya sea madre o padre, es donde más se aplican correctivos de esta clase.
Finalmente, en Colombia, por su parte, la ‘Alianza por la niñez colombiana’ dice que la crianza debe darse sin recurrir a la violencia y que ello no depende de lo cultural o las creencias de cada familia, pues muchos estudios avalan que los castigos físicos o verbales no garantizan que el niño crezca y sea un adulto ejemplar, al contrario, los niños que son criados a punta de chancla o correa tienden a crecer con problemas psicológicos que pueden desatar violencia en alguna de las etapas de su vida adulta.