En el transcurso de los últimos años las mascotas han hecho parte de la construcción de familias en Colombia y en el mundo. Cada vez son más son los casos en los que las parejas deciden no tener hijos, pero sí adoptar mascotas.
Sin embargo, cuando se presentan esas rupturas en las relaciones o se da un divorcio, surge la duda de saber quién se queda con la mascota.
Ante este complejo panorama, en RCN Mundo consultaros a varios expertos para saber cuáles son las implicaciones jurídicas en ese sentido.
Adriana González, directora del programa de Derecho de la universidad ECCI, reveló que uno de los principales errores es tratar a los animales como un objeto y no como un integrante de la familia.
La experta señaló que en estos casos, lo que se debe hacer es acordar la idoneidad de la persona que se pueda hacer cargo del animal, que necesita un adecuado cuidado, protección y bienestar.
"Existen dos caminos a tomar. El primero es cuando existe un acuerdo extrajudicial entre las dos personas, en el que estas mismas determinar cómo será la repartición de sus bienes. El segundo, es la ruta hacia un juicio donde el fallo que imparta el juez será poco probable de predecir", dijo.
González señaló que aún existe un vacío jurídico en ese sentido en Colombia, ya que en otros países la justicia es clara sobre la suerte de las mascotas cuando se termina una relación.
Dijo que "en cuanto a la Ley en Colombia, actualmente existe un gran vacío sobre el tema ya que según el Código Civil 655 “Muebles son las que pueden transportarse de un lugar a otro, sea moviéndose ellas a sí mismas como los animales (que por eso se llaman semovientes)", dejando así que durante un camino judicial, la determinación de quien obtendrá la custodia de la mascota sea tomada por el juez.
En RCN Mundo consultaros a algunas parejas que tienen mascotas, quienes indicaron que lo que debe primar es el bienestar del animal y que se deben hacer unos acuerdos previos por si la relación termina.
"Mi esposo me regaló el perro hace tres años, lo que quiere decir que es mío. En caso de que terminemos, pues podemos acordar que pueda verlo, pero se queda conmigo", dijo una de las consultadas.
Por su parte, otro ciudadano manifestó que "yo siempre he estado pendiente de mi gata, la he llevado al veterinario y he tratado de estar atento a lo que necesite. Cuando mi novia me terminó, me dijo que se la llevaba y yo le manifesté que había que pensar en el bienestar de ella y acordamos que yo la cuidara".
Finalmente, Nathalie Díaz, especialista en derecho familiar de la misma institución universitaria, manifestó que la falta de jurisprudencia puede hacer que si un juez considera a la mascota no como un bien inmueble, sino como un integrante de la familia, se establezca una manutención alimenticia y de salud para la mascota.