Héctor Rivera: Adiós al hombre que le infundió miedo al dolor de los colombianos

Un ibaguereño visionario que sin contar con más que tercero de bachillerato, logró pasar a la historia como uno de los farmacéuticos más brillantes del país (aunque en el papel nunca lo fue) y seguramente el más memorable en el corazón de millones de personas que a lo largo de cinco décadas curaron sus dolencias con la pomada ‘mágica’ que creó.

Fue en 1953 cuando el sueño inició, ya Rivera llevaba años al frente de la droguería de su tío y decidió que era tiempo de abrir la suya y fue así como surgió, la Droguería Selecta en Ibagué.

“Yo desde niño trabajé en droguerías y en el año 53 se me ocurrió y con unos centavos que me prestaron compré una estantería y empecé (…) Gracias a Dios he luchado y lo he podido sembrar en todo el país”, expresó Don Héctor, en una entrevista concedida a RCN años atrás.

Sin embargo, sería solo 13 años después, que la pomada Dolorán empezaría a tomar forma luego que un farmacéutico amigo, lo motivará a adicionarle un bonus extra a su negocio creando un producto propio.

Entre Ramón Reyes Galvis y Héctor Rivera, le dieron vida así a Dolorán, que se convertiría en el producto insignia no solo de la Droguería Selecta, sino de todo un país.

Lo traemos a la memoria de los tolimenses, porque este producto es uno de los ejemplos más tangibles del emprendimiento y el poder que tiene la constancia, la fe en lograr los sueños y rodearse de grandes aliados para sacar adelante los proyectos, un legado que hoy más que nunca es necesario para reactivar la golpeada economía a causa de la pandemia.