Un festival que pasará a la historia
El seis de marzo del 2020 Colombia reportó su primer caso de una paciente con coronavirus, Covid-19, se trataba de una joven de 19 años quien había estado en Milán, Italia. A partir de ese día todo empezó a cambiar en el país, una enfermedad que se creía que no iba a tocar a este territorio suramericano, finalmente llegó para dividir la historia en dos.
Los besos, los abrazos, las reuniones, celebraciones, todo comenzó a cambiar, los grandes eventos y recuerdos que dejarían los mismos, ahora solo viven en la memoria, así, como hace 61 años cuando se pensó en tener una ´Semana Musical’ en el departamento del Tolima en la que jamás se cruzó por la cabeza de lo creadores que, en el 2020, una de las tradiciones más importantes del país se suspendería a causa de un asesino invisible que llenaría de temor a todos los seres humanos.
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El Festival Folclórico Colombiano ha tenido que vivir diferentes momentos siendo sin duda alguna, este año el más relevante, festejando encuentros culturales llenos de tradición, ferias como el día del Tamal, Día de La Lechona entre otras, se celebraron virtualmente, diferente a como se vivió en la primera edición, en medio de una guerra política en la que la tecnología se creía solo era ciencia ficción.
Quien iba a pensar que en aquel entonces mientras se daba una confrontación armada, el presidente Alberto Lleras Camargo pensaba en la seguridad de los tolimenses, por lo que al conocer de la iniciativa preguntó cuántos hombres de la fuerza pública se requerirían para celebrar una semana cultural, años más tarde la preocupación no sería tanto la seguridad sino, la salud de los habitantes del departamento, por lo que se tuvo que recurrir al Ministerio del Interior para que bajo estrictas medidas de bioseguridad se preservará el bienestar de los ciudadanos y no dejar pasar esta tradición de manera desapercibida, así fue como se adelantaron actividades fuera de lo común, en casa y a través de canales virtuales.
Betty García quien fue la primera reina cívica de Ibagué, en la primera edición del Festival Folclórico Colombiano, relató cómo fue ese primer año de la Semana Musical, en la que tuvo que llegar un grupo de ciudadanos hasta la Casa de Nariño encabezado por el señor Adriano Trivin, la señora Amina Melendro entre otros solicitado al presidente Lleras Camargo que les autorizara realizar la celebración, para ese entonces, el Tolima era una de las regiones más golpeadas por la guerra bipartidista que se vivía, por lo que al ser interrogados sobre la seguridad que se necesitaría para este evento, respondieron que no se necesitaban de fuerza pública ya que lo que se quería demostrar era el amor por la cultura de los tolimenses.
Seis décadas después se volvió a pedir permiso al Gobierno Nacional en cabeza del Alcalde Andrés Hurtado, para conmemorar esta época cultural en medio de una emergencia sanitaria, en la que se pensó olvidar por unos cuantos minutos el miedo de ser contagiados y recordar lo que es vivir un Festival, en la que la recursividad de las TIC han sido las protagonistas del San Juan y el San Pedro.
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Todo cambia, todo se transforma, hasta las celebraciones con sombrero y rabo de gallo, los desfiles, la música, la cabalgata de caballitos de palo, todo, absolutamente todo pasará a la historia,
Tendrá que pasar otros 61 años, y quienes hemos vivido la pandemia, recordaremos con nostalgia los más de 3 meses que tuvimos que vivir en el confinamiento, celebrando no solo el Desfile de la Colombia Folclórica, sino, muy seguramente el cumpleaños de nuestra ciudad, el día del Tolima, nuestros cumpleaños y el de nuestros seres queridos, también de un amanera inusual, pero nunca perdiendo nuestra identidad, no es por nada que Colombia ha sido catalogada como uno de los países más felices del mundo, siempre encontramos la manera de sonreír, de celebrar nuestra cultura, nuestras tradiciones, nuestro folclor.