Mucho se habla de los niveles de pobreza en nuestro país, algunos lo hacen desde el punto de vista técnico económico, otros desde el punto de vista social, la pobreza ha sido utilizada en Colombia para muchos fines, los más mezquinos son los fines electorales y los del populismo de izquierda y de derecha, que no buscan satisfacer los fines esenciales del Estado, sino los individuales o de una facción de la sociedad.
Hacer política pública, que trascienda en un impacto positivo para el desarrollo económico y social de una nación, debe estar vinculada a la generación de oportunidades, a la distribución equitativa de los recursos y al ajuste para lograr el equilibrio social, cualquier decisión debe ser tomada en esos preceptos.
El concepto de equidad entendido como un modelo racional de distribución de la riqueza y de oportunidades, logra un balance social, un equilibrio que mejora la calidad de vida de los ciudadanos, una expresión autentica que genere los espacios, para los que más necesitan, para los que menos tienen; un ejemplo de ello es la gratuidad en la educación superior, un patrimonio supremo que debe estar por fuera de las luchas por polarización o ideologización, para convertirse en un consenso de generación de espacios para talentos, que no se pueden seguir perdiendo, lo mismo debe contener una reforma económica, una prioridad de tributar los que más tienen, para beneficiar a los que menos tienen, pero con especificaciones claras y contundentes de los beneficios a obtener.
La pobreza debe ser controlada, los pobres beneficiados para salir de ella y evitar el estallido social, el hambre debe desterrarse de una nación productora de alimentos, que no engrana una política pública para que esta tragedia no pase, según el Departamento Nacional de Planeación de Colombia, en el país se pierden o desperdician anualmente 9,76 millones toneladas de alimentos, que equivale al 34 % de la producción total. El populismo de izquierda o de derecha seguirá rampante sus tesis, sino avanzamos urgentemente en esta nación tan pobre en medio de tanta riqueza, hacia un nuevo modelo que nos permita un progreso social y económico equitativo, equilibrado, alejado de la mediocridad, la corrupción y lleno de oportunidades para todos.