Quienes transitamos en las aulas de clase, por pregrados de las ciencias sociales, recibimos una clara formación sobre las consecuencias de la desinformación, hoy tan utilizadas en nuestro medio, por desconocimiento o mala fe. La desinformación es información falsa o engañosa difundida para engañar, entendida de mala fe esta la ejercen para manipular, orientar o mejor desorientar a los ciudadanos o al grupo especifico sobre el cual se quiere ejercerse la ardid.
El día de ayer el Papa Francisco en su cuenta de twitter @Pontifex_es expreso “A los medios de comunicación, pido que terminen con la lógica de la post-verdad, la desinformación, la difamación, la calumnia y esa fascinación enfermiza por el escandalo y lo sucio; y que busquen contribuir a la fraternidad humana”, una gran y profunda reflexión también validada por el premio Nobel de Paz que se dio a dos periodistas, uno de ellos luchador implacable contra las noticias falsas y la desinformación. De allí la urgente necesidad de formar cada vez más a aquellos que ejercen la función periodística y pedir a quienes opinan, mayor objetividad en defensa de la verdad. sin ir en detrimento de la libre expresión, tan cuidada y promovida por mis principios de respeto por el otro, fraternidad y unidad que profeso.
Cuando se trata información, que tiene un amplio contenido técnico en manejo de la información, esta debe tener una mayor rigurosidad, en tratándose de lo público, un claro ejemplo de ello tiene que ver con aquellos proyectos de infraestructura que se desarrollan por regalías, en nuestro caso estratégicamente son: Mejoramiento de la vía secundaria Alvarado – Piedras por un valor de ($5.474.829.566,48), Mejoramiento de la vía Prado – Dolores – Alpujarra – Puente Rio Cabrera ($27.145.035.708), Mejoramiento de la vía Ambalema – Palobayo ($13.000.000.000), Mejoramiento de la vía Libano – Villahermosa ($9.306.978.095.24) y Mejoramiento de la vía Murillo – El Bosque – Rio la Yuca Murillo ($8.477.294.778.50), estos proyectos se radican en la ventanilla del DNP, el ministerio respectivo revisa, da una lista de chequeo, se realizan mesas técnicas de ajustes, se ajustan las exigencias técnicas y continúan las mesas de deliberación técnica, hasta que se da la votación en las OCAD, donde concurren los diferentes actores, con diferentes intereses y posiciones a los cuales hay que convencer de la viabilidad técnica, política y la conveniencia del proyecto por su impacto en el desarrollo económico y social de cada región.
Responsabilidad y solidaridad, deben ser preceptos de la información, también control social, pero siempre velando por la verdad y la objetividad que dan mayor peso al ejercicio de contradicción, tan necesario en nuestra democracia pero tan maltrecho por la mala fe y la incapacidad.