Los discursos, las campañas y las promesas, cada vez son mas respecto al campo y al agro colombiano, pero también más las necesidades y los incumplimientos. Asistimos gracias a la pandemia a un resurgir del campo colombiano, que ve el retorno de sus gentes, quienes despavoridas huyeron de violencia, abandono del estado y miseria en épocas pasadas, hoy el campo es una opción de calidad de vida y la producción agrícola, una gran empresa.
Quienes hemos cultivado el campo, tener las uñas llenas de tierra, tener las manos encallecidas, sabemos el placer que produce, sembrar, cuidar, ver crecer y cosechar, que llena de orgullo y que nos invita a dar todo por el campo y el agro colombiano. Cada fruta, cada verdura, pasó por las manos de un campesino que madrugó, se esforzó a sol y agua, pero que no ha sido valorado como debe ser, que no ha sido ayudado, asistido y orientado. Nuestros campesinos cada día tienen un problema más, ahora no tanto por la violencia de las armas, sino como victimas de un mercado voraz que los aprovecha y utiliza, pagando con miseria sus productos, un estado que no regula ni articula para evitar la intermediación, que invierta más en las vías terciarias, para causar la gran revolución en la producción de un país con una gran vocación agrícola.
Tenemos enormes retos, debemos hacer la gran revolución del campo colombiano, entre otras muchas acciones, asistiendo con créditos condonables a nuestros campesinos, en esquemas reales que los beneficien, no montados para los que más tienen y menos necesitan, articulando el mercado para imponer la agricultura por contrato, evitando la intermediación para dar un mejor valor a sus productos, avanzar con las nuevas tecnologías en una gran inversión en la red terciaria, con los nuevos aditamentos químicos que estabilizan el terreno y bajan los costos para tener buenas vías como se hace en Australia, es necesario aprovechar los acuerdos comerciales para bajar el precio a los abonos y los insumos agrícolas, incentivando más la investigación nacional y la producción nacional de estos productos, con preferencia hacia los que sean orgánicos, apoyar a los jóvenes productores e impulsar los productos de exportación y los que tengan transformación.
Necesitamos más campo para el campo, dedicarle más tiempo, más recursos, tener una mayor conciencia social y política, no sucumbir ante los grandes y poderosos con intereses que no benefician a nuestros campesinos. Mirar al campo como el gran potencial que tenemos para el desarrollo economico y social de nuestra nación, es lo mas cerca y lo más grande que tenemos, nuestro campo colombiano y su desarrollo esta conectado directamente con el fin del hambre y la pobreza en nuestro país. Llego la hora del campo colombiano, del campesino colombiano, donde están nuestras raíces y por los que vamos a luchar sin descanso.
La información publicada por los columnistas, así como su opinión, posición política y apreciaciones en los temas que trata son de su absoluta responsabilidad y no comprometen de manera alguna AlertaTolima.com o a RCN Radio en General.