La situación económica en Estados Unidos ha tenido serias repercusiones en el precio del dólar, y esto a su vez ha impactado negativamente nuestra economía. La inflación ha venido en aumento y esto resiente el bolsillo de los colombianos, en especial de aquellos con menos recursos.
En Ibagué, al igual que muchas ciudades colombianas, la pandemia afectó varios sectores económicos. Sin embargo, no podemos esperar que la culpa de la actual situación económica sea enteramente del Covid-19. La inflación actual es el resultado de Tratados de Libre Comercio que sería necesario revisar, junto con una baja en la producción de productos nacionales, lo que hace que muchos procesos productivos dependan en gran medida de importaciones, que son manejadas con base en el precio del dólar.
Debido a esto, y sumando la devaluación del peso, podemos ver como nuestra capacidad adquisitiva se ve comprometida frente a las importaciones, y esto supone un incremento del valor de los productos nacionales, los cuales se hacen complejos de adquirir teniendo en cuenta que los precios suben más que los ingresos que poseemos, especialmente para aquellos hogares que suelen vivir con menos del salario mínimo.
Por lo pronto, lo que tiene que ver con tecnología, es recomendado no comprar. Los precios de celulares, televisores, computadores, entre otros, se va a ver incrementado a medida que el valor de la divisa norteamericana se estabilice. No obstante, eso no significa que tengamos que quedarnos a la espera en cuanto a otros productos, que influyen en el precio de los alimentos.
Si bien es cierto que aún nuestra región tiene mucha producción agrícola, muchos de sus procesos también dependen de insumos como fertilizantes y abonos que muchas veces son importados, y que, al incrementarse sus precios, supone también un alza en el producto final que llega a la plaza de mercado, o en peores casos, una baja en su producción, como pasó en cierto momento con la papa, la cual vimos hace unos meses con precios exorbitantes debido a su escasez.
Hemos escuchado que tanto el actual gobierno, como el entrante plantean medidas dirigidas sobre todo al sector financiero. Sin embargo, es imperativo que se establezcan estrategias que ayuden principalmente a la gente del campo, pues si fortalecemos su trabajo, se puede mitigar el precio de muchos de los productos de la canasta familiar, necesarios para poder sobrevivir el día a día.