Los tolimenses llevamos en el alma a nuestro amado Deportes Tolima, pero por lo sucedido el pasado partido frustrado entre nuestro equipo y el equipo capitalino Los Millonarios, debemos hacer grandes y profundas reflexiones.
Todo acto de violencia es reprochable y bajo ninguna circunstancia se puede aplaudir o celebrar, menos promover, lo hecho por el hincha tolimense, no puede suceder, no puede registrarse otra circunstancia como esta, tampoco la reacción del jugador profesional de futbol, pero para poder establecer una realidad diferente, debemos mirar los antecedentes de esta situación y muchas otras que, ejemplifican como hemos convertido la fiesta del futbol, no en una competencia sana, sino en una guerra cruenta. La esencia de la creación del deporte en la humanidad, se da precisamente para acabar con las guerras y seguir con una competencia sin muertos, sin violencia.
Los hinchas del Tolima, guardaban un enorme resentimiento con Cataño por aquel penal errado en la pasada final de la liga frente a Nacional, desde entonces se desató de lado y lado, una serie de circunstancias indebidas que alimentaron el odio y la confrontación, entre el jugador y la hinchada, expresiones que nos muestran lo mal que estamos como sociedad y como no hemos construido escenarios de sana convivencia, sobre todo desde el bello deporte que es el futbol.
Esta no es la primera vez que en el futbol colombiano se presentan esta serie de circunstancias, lo más gravoso es la falta de claridad y principio de taxatividad de las normas respecto a diferentes hechos, tampoco se observa el contexto sociológico, menos el económico, como medidas realmente sancionatorias que ejerzan justicia, sino todo lo contrario, por ejemplo multar al Club Deportes Tolima S.A. con cuatro (4) fechas de suspensión total de la plaza y multa de doce millones setecientos sesenta mil pesos ($12'760.000), significa para el equipo una perdida en promedio de más de seis mil millones ($6.000.000.000), todo por un hincha desadaptado, uno solo que desplego por la fuerza, la infección de violencia que tenemos en nuestra sociedad. Total, solidaridad con nuestro equipo y un llamado a la DIMAYOR para que estos hechos tratando de aplicar justicia, no se vuelvan en injusticia y mayores generadores de violencia, la fiesta del futbol se debe vivir en paz, ustedes, deben promover la paz, seguro todos nos acogeremos a ese postulado.