La historia de Milagros, la recién nacida que fue salvada en Ibagué por un soldado de nuestro Ejército Nacional y su esposa, nos deja varias reflexiones.
Es de admirar la forma como la pequeña Milagros, no obstante las vicisitudes que tuvo que afrontar recién llegó al mundo, se aferró a la vida.
En el mismo sentido, sus salvadores son un ejemplo claro de tenacidad y perseverancia, cualidades humanas indispensables para ser exitoso en cualquier actividad que el destino nos depare.
Casos como el de Falcao García en el fútbol, quien en 2014 se lesionó en un partido para olvidar y no pudo estar en el Mundial de Brasil, lo cual le costó unas lágrimas que nos dolieron a todos.
Aunque daba la impresión de que su carrera había llegado al final, pudieron más su amor propio y su profesionalismo y logró salir adelante. Hoy Falcao está en pleno nivel y es pieza fundamental en el onceno patrio que busca un cupo para Rusia-2018.
Qué decir de nuestra campeona Caterine Ibargüen. Víctima del conflicto armado en el Urabá Antioqueño. Durante años entrenó a diario y sin descanso para conseguir su sueño: el oro olímpico. En 2012 compitió en Londres y no logró su objetivo. Sin embargo, no desistió y continuó entrenando durante los cuatro años siguientes hasta que obtuvo la presea dorada en las Olimpiadas de Río-2016.
Y en política mundial y nacional, ejemplos mil. Winston Churchill, después de haber ganado para el Reino Unido la Segunda Guerra Mundial, fue derrotado en las elecciones de 1945. En 1951, no obstante, volvió al poder gracias a ese estilo de no declinar jamás. En tanto, Álvaro Gómez Hurtado trabajó durante años para ser el inquilino de Casa de Nariño y, aunque no lo consiguió, dos décadas después de su dolorosa desaparición, su nombre y sus ideas siguen siendo un referente en la política del país.
Entonces, de un momento a otro se nos aparecen el Soldado Fernández y su esposa con un mensaje como venido del Cielo: nunca en la vida se puede claudicar y el que se cansa pierde (como ha dicho el preso político venezolano Leopoldo López).
Esta pareja, los salvadores de la pequeña Milagros, nos han conmovido con su historia de que no han podido engendrar un hijo (deben 27 millones de pesos en fallidos tratamientos de fertilización).
Es más, Fernández considera que el hecho de que la madre de la pequeña la haya dejado abandonada en la puerta de su casa fue una especie de milagro.
Sin embargo, el milagro completo de esta historia, aun está por escribirse. Eso sí, su tenacidad y perseverancia siempre serán un ejemplo a seguir.
No me cabe la menor duda que cuando el soldado Fernández y su esposa se conviertan en padres, sea de Milagros o de otro bebe, lo llenarán de amor y propenderán por su bienestar. Por lo mismo, desde esta columna hago votos para que su lucha tenga un final feliz.
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