La agencia Standard & Poor's, rebajó la calificación de la deuda del Gobierno de Colombia, una acción que de manera directa afectará a los ciudadanos. Este es el resultado de un acumulado de malas prácticas económicas, que aumentaron el gasto público y se agudizaron con la pandemia.
Apenas bajó la calificación que tiene Colombia, el mensaje hacia los que prestan plata para nuestro país es que es más riesgoso prestarnos, si lo hacen, estas nuevas deudas costaran más, porque nos van a cobrar más, efecto que se dará tanto para la deuda del Gobierno, como para la de las empresas del país que buscan prestamos en el exterior, dando como resultado la disminución de crecimiento de los negocios y la afectación a nuevos proyectos, circunstancia que hará crecer el desempleo y por consiguiente tendremos familias con menos ingresos.
Necesitamos un gran consenso político, social y económico, que contenga en demasía la reducción del gasto público, el fortalecimiento de las finanzas y una gran inversión social, un modelo de economía para la gente, para lograrlo es necesario reducir lo que es suntuoso, ineficiente y altamente improductivo, en ese nivel de prioridades está el Congreso, como una institución exageradamente numerosa, sin una verdadera representación popular, menos de vocación y mucha incapacidad pasada esta, por la falta de independencia de sus integrantes.
Necesitamos un país austero, eficiente y con una gran dirigencia, que represente de verdad los intereses de los diferentes sectores de la Nación, no más de aquellos que les gustan solo los privilegios de la política, pero no la política, no más de la mediocridad y la incapacidad, frente al conocimiento de lo público.
Necesitamos establecer en ese gran pacto para salvar el país, una gran reforma basada en la equidad, economía para la gente, con un criterio de eficiencia en las finanzas públicas, muy pendiente de la evasión y la elusión practicas ya conocidas, pero no abordadas contundentemente por el gobierno colombiano, mucha austeridad en el gasto público, así como también un sistema financiero consciente de su enorme responsabilidad social, en un momento difícil de nuestra economía, donde los únicos que han ganado han sido ellos.
Este Congreso no puede seguir callado, acomodado, esperando que las dinámicas de las soluciones solo las pongan otros, este congreso con vergüenza debe dar el paso para reducirse. Desde el mes de marzo del año 2022 los congresistas deben ser menos, la austeridad más y la equidad para el equilibrio social un gran imperativo del gobierno, el sector financiero y todas las organizaciones sociales y económicas de la Nación, este nuevo país lo debemos construir todos.
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