La celebración del San Juan en Ibagué y San Pedro en el Espinal, traen consigo la gran oportunidad de reactivar la economía en el departamento del Tolima. Históricamente estas celebraciones han enmarcado el sentir popular en todo el territorio, pues entre los meses de junio y julio muchos de los municipios se visten de fiesta.
Ibagué, se ha convertido en un destino turístico gracias a la infraestructura hotelera, la variada oferta gastronómica y por supuesto por la estratégica ubicación geográfica que permite arribar desde todos los rincones del país. A partir del 24 de junio el Tolima deberá convertirse en epicentro para turistas provenientes de los departamentos circundantes.
El Tamal, el sombrero tolimense, la lechona, el aguardiente Tapa Roja, los desfiles y muestras culturales propias de los reinados departamental y nacional del folclor, son algunos de los atractivos que hacen parte de la agenda cultural que tienen preparada la gobernación del Tolima, Alcaldía de Ibagué, municipios del Tolima, gremios y grupos culturales.
Después de dos años de receso a causa de la pandemia, de los duros golpes que sufrió la economía de una región donde las festividades tradicionales son el bálsamo que cada que se escucha el “Viva San Juan” alivian los ingresos de familias que dependen del comercio formal e informal, vuelve a Ibagué toda la programación del Festival Folclórico Colombiano.
La pandemia hizo que se cancelaran la realización de estos eventos durante dos años consecutivos, por lo que fueron tiempos difíciles en materia, turística, hotelera y comercial, muchos de nuestros empresarios debieron reinventarse para salir avante, hoy gracias al exitoso proceso de vacunación y a la excelente infraestructura del sistema de salud, nuestro departamento está listo para recibir visitantes nacionales e internacionales.
A pesar del invierno y las afectaciones que ha causado en vías terciarias, trabajamos 24/7 para garantizar el acceso a diferentes destinos en todo el Tolima. El norte del Tolima, oriente, centro y sur del departamento tiene excelentes atractivos turísticos, la represa de Prado es un escenario ideal para la práctica de deportes náuticos y para encontrarse con la naturaleza, Melgar es destino obligado para los bogotanos que, a tan solo a 2 horas de camino, pueden disfrutar de un clima ideal, Honda, Mariquita, Ambalema y Falan, hacen parte de un destino cargado de historia.
Atrás queda la amarga experiencia del fallido Jamming, que en un momento de apremio puso a prueba el sentimiento de solidaridad y resiliencia de los ibaguereños, pero que en el fondo podía mostrar que en Ibagué se pueden hacer eventos de gran magnitud no solo deportivos como el Mundial de Patinaje, sino que el arte, la cultura y los espectáculos artísticos también pueden ser factor de dinamización de la economía regional.
Ibagué tiene innumerables atractivos turísticos con climas entre los 1.400 a los 3.000 m.s.n.m., los costos de servicios como hospedaje, alimentación, transporte interno y actividades de ocio y esparcimiento son accesibles al bolsillo de las personas que en plan de negocios o de descanso llegan a la capital tolimense, esos visitantes que cuando se van son el mejor agente multiplicador de las bondades que tiene Ibagué como Destino Turístico, bondades que lastimosamente los locales no han aprendido a valorar y ponderar, pero estamos a tiempo de cambiar el chip y evolucionar hacia el aprovechamiento del potencial que tenemos en nuestra casa.