En estos días he visto que varios medios de comunicación regional, y aun del ámbito nacional, han dado atención a la propaganda política del grupo guerrillero de las FARC.
Propaganda es una palabra muy parecida a publicidad y tal vez los mensajes que las FARC quieren pasar al público se parecen más a la primera que a la segunda. Nos gusta pensar como publicidad cuando una empresa de bebidas gaseosas, automóviles o zapatillas es la que pasa el mensaje diciendo que su producto es el mejor entre los que existen en el mercado. Pensemos en las dos gaseosas negras que durante muchos años se han disputado la sed del mundo. Contratan personajes de la actualidad, alimentando una aspiración para ser como ellos, indicando que esto se lograría si tan solo probamos una de estas dos opciones. Lo mismo sucede con dos muy afamadas marcas de zapatillas que se pelean el primer puesto para que nosotros decidamos en cuales zapatos queremos estar.
Tal vez esa es la pregunta que muchos de nosotros debemos estar haciéndonos en cuanto a la actualidad política del país. La firma de la paz con un grupo terrorista que amenazo por muchos años la estabilidad de toda una nación, ha puesto a prueba a todos y cada uno de nosotros y nos hace pensar en cuales zapatillas queremos estar: en la de aquellos que a toda costa defienden el derecho a que tengamos un futuro distinto al que hemos tenido por más de 50 años, o en la de aquellos que prefieren seguir por el sendero de la guerra con sus botas militares bien puestas.
Lo cierto es que en los comerciales, propaganda a mi parecer, que comienzan a rodar por el internet y en otros medios de comunicación, las FARC están haciendo un buen trabajo, ya que están utilizando medios tecnológicos y marketing político de una manera impecable, que sorprendería si no encuentran personas a gusto con estos mensajes, siquiera por lo bien hechos que están.
Sin embargo, es interesante analizar que dentro de ellos encontramos mensajes que tocan la realidad política del país, como también los principales puntos que hacen de esta realidad algo tan difícil de tolerar para la mayoría de los ciudadanos: a quien no le molesta la manera como grupos económicos infiltran campañas políticas para hacerse a contratos del estado por donde se desangran presupuestos para proyectos de gran importancia en infraestructura de la nación; es imposible no disgustarse con lo que sucede en cuanto la salud en nuestro territorio, donde la gente se muere simplemente porque el negocio no es salvar vidas sino utilizar esos recursos para obtener dividendos políticos y económicos en todos los horizontes de este servicio público en Colombia. Estos y otros ejemplos de propaganda política es la que inteligentemente está utilizando las FARC para poder abrirse un espacio dentro de las mentes y corazones del pueblo colombiano y pelear una batalla entre las muchas a luchar en el teatro de guerra sucia de la política colombiana.
La propaganda política colombiana en este momento está polarizada entre aquellos que están con Santos o con Uribe. Démosle la bienvenida a un tercer actor que quiere probar suerte con esta herramienta que le ha sido útil a muchos tiranos del pasado y presente. Y aunque hay que esperar que soluciones plantean ellos para todos estos problemas que nos presentan y, los cuales todos conocemos de sobra, ojala no se queden como el gran Carlos Marx, quien al igual que ellos sabía lo que todos sabían, dio su diagnóstico sobre eso, pero se quedó corto en cuanto cuáles serían las posibles soluciones.