Ya son varias las manifestaciones pacíficas que han realizado los vecinos de este ecosistema, considerado uno de los más antiguos de la región y que tiene conexión directa con el Páramo de Sumapaz, donde exigen la salida inmediata la multinacional petrolera Petrobras, que se está disponiendo a realizar varias prácticas de exploración petrolera que amenazan con afectar de forma ampliamente negativa el área donde se encuentran ubicados sus campamentos de trabajo.
Según lo manifestó uno de los habitantes de Villarrica, en la protesta del fin de semana anterior hicieron presencia varios habitantes de los municipios de Prado, Dolores, Purificación, Ataco y residentes cercanos al bosque, quienes se desplazaron hasta los campamentos, tomaron varias fotografías de un helipuerto ubicado allí en el sitio y del área que se pretende intervenir y en la que se realizarían una tala de árboles que llevan más de 100 años allí creciendo.
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En el sitio ya se observan algunos trazados de lo que serían algunas labores que se han llegado a realizar, lo que ha motivado a varios activistas a tomar la iniciativa de solicitar una intervención directa del gobierno seccional y nacional para evitar un daño ambiental aún más grave para los habitantes de la zona y para las mismas especies allí ubicadas.
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Es de recordar que el área donde se encuentran laborando los funcionarios de la Multinacional, está siendo custodiada por el Ejército Nacional, quienes han prestado guardia a la zona para protegerla de la presencia de personas que se dediquen a saquear los elementos que allí son dejados por parte de los encargados de las labores de exploración.
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Por su parte el diputado Alexander Tovar, quien estuvo presente en la reunión de los habitantes de esta zona, señaló que la extensión del bosque de Galilea, que alcanza cerca de 22 mil hectáreas, debe ser protegida de forma urgente por el estado, por parte de las autoridades regionales, para impedir que Petrobras en medio de sus labores, realicen un daño irreparable en la región.
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Tovar destacó el actuar de las comunidades que unidas han demostrado poder plantear una protesta pacificas en contra de este tipo de situaciones, que afectaría un ecosistema que incluso suministra parte de su producción de agua al Páramo de Sumapaz, y que su vez surte de agua a la ciudad de Bogotá.
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