“Una sociedad que abandona a los niños y que margina a los ancianos corta sus raíces y oscurece su futuro”. Qué mejor momento para traer a colación estas sabias palabras del Papa Francisco y detenernos por un segundo a evaluar qué estamos haciendo para proteger a toda costa los derechos de nuestros niños. Llegó la hora de actuar con contundencia y dejar atrás el simple pronunciamiento, porque debemos garantizar el bienestar de los menores, es nuestra responsabilidad como padres, como país y como sociedad.
Una comunidad justa e igualitaria defiende, con las uñas si es necesario, los derechos de los niños. Pero casos como el secuestro de Cristo José o el vil asesinato de Génesis Rua, sumado a los miles de casos de violencia contra los menores, ponen en evidencia la falta de compromiso y de memoria; porque esta problemática no es nueva.
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Hoy, gracias a los recientes sucesos, se vuelve a plantear el debate de si las normas que existen son suficientes para proteger la integridad de nuestra infancia. Y es que la Constitución de 1991 establece que “los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás”.
En este sentido, es preciso recordar la lucha de Gilma Jiménez, quien abanderó la defensa de los derechos de los niños y promovió el referendo que imponía cadena perpetua para los violadores de menores.
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Propuesta que vuelve a estar sobre la mesa y que es compromiso de todos los sectores discutirla seriamente, para lograr un precedente contundente en la defensa de los pequeños.
Las cifras no pueden seguir aumentando. Medicina Legal, muestra que solo en el 2017 la estadística llegó a los 10.385 casos, representando un aumento del 3,01% con respecto al 2016.
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El Icbf destacada que la mayoría de estos casos están relacionados con abuso sexual. 14 niños son abusados a diario en Colombia según Medicina legal ¡Aberrante! Y lo más triste y aterrador es que, el 95% de las denuncias de abuso sexual contra los pequeños se presentan en su entorno cercano, es decir, la casa de un familiar, un amigo, colegio, conjunto o en el mismo hogar.
Protegerlos es responsabilidad de la familia, la sociedad y del Estado. El Gobierno, conectado con el sentir ciudadano, ha sostenido que quiere impulsar el debate de la cadena perpetua contra violadores de niños, para que podamos contar con un sistema de protección que garantice el ejercicio de los derechos y los blinde contra toda forma de explotación y abuso.
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La violencia contra los pequeños es una batalla que no nos podemos permitir perder, y más ahora, cuando desde todos los sectores hay un compromiso con esta causa y una sociedad civil más consiente que ha sido vehemente a la hora de manifestar su intolerancia a estos hechos. ¡Es momento de tomar decisiones importantes por el bienestar de nuestros niños!
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