“Cuando yo llegué al Atlético Huila venía en un proceso personal. Sentía que debía asumir las responsabilidades del fútbol”: Harold Rivera
En todo equipo de fútbol se construyen historias de vida que se van viendo reflejadas en el terreno de juego. Dentro del Atlético Huila, en el periodo de año y medio, se han vivido experiencias adversas y de resiliencia. Dentro de ese proceso se ha reconocido el nombre de futbolistas, que luego del descenso, le apostaron a seguir creyendo en el proyecto, con la diferencia que ahora el objetivo es retornar el equipo a la primera división del fútbol profesional colombiano. Uno de esos futbolistas es el volante ibaguereño, Harold Rivera, quien llegó al equipo huilense en el 2019 y que hoy busca con el equipo, regresar a la A, ese que le ha ayudado a su crecimiento personal y profesional.
“Cuando yo llegué al Atlético Huila yo también venía en un proceso personal, un proceso en el cual sentía que debía asumir las responsabilidades del fútbol, de mi familia, ya sentía que era hora de sobresalir mucho más, y así llegué, con ese objetivo al Atlético Huila, con esas ganas; empezamos muy bien, en el semestre que estuve aquí en la primera división, empezamos muy bien, luego comenzaron los baches por distintas circunstancias y llegamos a la última fecha con la posibilidad de seguir en primera división. Lastimosamente perdimos ese partido, descendimos y para mí fue un golpe demasiado duro”, comentó Rivera.
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El descenso no solo marcó la historia del equipo, también la carrera deportiva de Harold Rivera, quien confesó que ha sido, hasta ahora, la experiencia en el fútbol más difícil que ha vivido, que, sin embargo, pudo sobrellevar gracias al apoyo familiar, en especial el de su papá, el técnico Harold Rivera Roa, quien actualmente dirige el Independiente Santa Fe.
“Es la tristeza más grande que he tenido en el fútbol y la verdad al principio no quería salir de la casa, me sentía muy avergonzado, me sentía triste, desilusionado del fútbol, se me pasaron un montón de cosas por la cabeza, que yo decía ¿pero por qué a mí?, y ahí fue cuando gracias a Dios apareció mi papá, porque él también en algún momento lo vivió con el Deportes Tolima, también descendió y ascendió al siguiente año. Entonces ese día la verdad no le contesté a nadie, al siguiente día él me llamó, me aconsejó, me dijo que estuviera tranquilo, que eso ya había pasado, que era un accidente que le podía pasar a cualquier futbolista, a cualquier club, que nadie estaba exento de eso, pero que lo que tenía que hacer era, levantarme más fuerte, decidir si quería seguir en el proyecto, y que si quería seguir en el proyecto, tenía que hacerlo con la convicción e ilusión de ayudar para que el equipo pudiera ascender a la primera división", compartió el jugador del Huila.
Como todo momento difícil, el descenso trajo un aprendizaje para el mediocampista de 28 años, quien luego de unos días de reflexión y muchos cuestionamientos, decidió quedarse en el Atlético Huila, más fortalecido, maduro y con una gran convicción.
“Empezamos un proyecto muy bonito, empezamos un proyecto, todos le pusimos el corazón, la mejor actitud desde el inicio. Cuando estaba el profesor Robatto se conformó un buen plantel, una buena nómina, jugadores de renombre, y eso lo ratificaban en cada entrenamiento, en cada partido, y bueno, tuvimos un proceso en el cual aprendimos a disputar los partidos”, narró Rivera.
El crecimiento no solo ha sido en la parte física y táctica, el trabajo psicológico y emocional, le ha permitido convivir y disputar partidos con la convicción de que son realmente un equipo.
“En la segunda división también hemos tenido un proceso de conocernos más, de conocer al compañero, de compenetrar y ya después empezamos una curva ascendente, con baches como lo puede tener cualquier equipo, pero que finalmente se dio la oportunidad y estuvimos muy felices al ser campeones, Dios nos regaló esa oportunidad de ser campeones”, señaló el futbolista.
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Ser campeones trae sus beneficios, pero al mismo tiempo retos, personales y grupales, conscientes de que la manera más fácil de sobrellevarlos es como equipo y es a eso,lo que Harold Rivera y sus compañeros le han apostado en este 2021.
“Este año empezamos con pie derecho el año, me parece a mí que este año ha sido más difícil, un poco más fuerte la competencia, porque ya todos los equipos quieren ganarle al campeón y se ha tornado un poco más difícil, aun así, estamos de primeros en reclasificación, lastimosamente ya no podemos entrar a la final, pero dentro de todo creo que este ha sido un proceso en el cual ha habido mucho aprendizaje”, compartió Rivera.
El tolimense confesó que el aspecto más importante para lograr un equilibrio dentro del equipo es que él y sus compañeros se sienten felices jugando fútbol, algo que según él no siempre se logra, a pesar de que las personas del común podrían asegurar lo contrario.
“Nos hemos conocido con los compañeros, es algo que yo siempre rescato de este año, es que de este proyecto del ascenso, es que estamos disfrutando el fútbol, disfrutamos los entrenamientos, aprendemos del compañero, somos felices jugando, que eso, si te soy sincero como futbolista, uno muchas veces no lo encuentra, muchas veces más bien estás sufriendo el fútbol, muchas veces estás luchando por otras cosas, pero en este momento yo me siento muy contento, somos un equipo en el cual nos ayudamos, nos damos la mano cuando lo necesitamos, nos queremos, eso sirve para que tengamos varias posibilidades en este momento para ascender”, recalcó el mediocampista.
Dentro del proceso para Harold Rivera, lo más importante es saber articular los roles de la vida junto a la parte emocional, saber cómo manejar las decepciones del fútbol con la vida familiar, que como todo ser humano tiene.
“La parte más difícil de todo, es cuando por algún motivo tú puedes llegar a perder un partido por estar frustrado, triste, aburrido y llegar a tu casa, y allí, eres esposo, padre, hermano, hijo, y tienes un montón de ocupaciones, las cuales uno tiene que asumirlas de buena manera. Uno tiene que aislar todo, para poder estar tranquilo, lúcido frente a la familia, o vas a tener problemas en la casa y en los entrenamientos y son cosas que la gente muchas veces no entiende”, explicó el futbolista ibaguereño.
Rivera le da el crédito de su crecimiento profesional y personal al proceso, de igual manera manifiesta que los buenos resultados del equipo, precisamente se atribuye al buen trabajo del grupo, a la unión que se ha podido lograr y que como explicaba el jugador, es muy difícil lograr sobretodo en el fútbol.
Hoy se percibe un jugador más sereno, racional, equilibrado, que disfruta llegar a su casa, encontrar a su esposa e hijo, con quienes comparte momentos de juego y risas, pero al mismo tiempo se siente feliz de jugar al fútbol como ellos dicen.