El Papa Francisco celebró hoy la primera misa de un Papa con el rito oriental caldeo en la Iglesia de San José de la capital iraquí, ante cerca 180 fieles y en una ceremonia en la que se usó el árabe, el arameo, el kurdo y el turcomano, además del italiano.
A la ceremonia en esta iglesia en el centro de Bagdad asistió por sorpresa el presidente iraquí, el kurdo Barham Salih, de religión musulmana, con quien Francisco se entrevistó a su llegada al país árabe.
En la segunda jornada de su histórica visita a Irak, Francisco celebró su primera misa para los fieles cristianos, tan castigados en los pasados años por la persecución del grupo terrorista Estado Islámico (EI).
El papa quiso usar el rito caldeo para rendir homenaje a las iglesias cristianas orientales, que enriquecen las liturgias. El papa habló en italiano y los fieles contestaron en árabe.
En su homilía, basada en la lectura de las Bienaventuranzas, el papa preguntó: "¿Cómo es posible? Bienaventurados, para el mundo, son los ricos, los poderosos, los famosos".
Pero para Dios, "no es más grande el que tiene más, sino el que no es pobre de espíritu; no el que domina a los demás, sino el que es manso con todos; no el que es aclamado por las multitudes, sino el que es misericordioso con su hermano".
Con la celebración de esta misa, Francisco concluyó su segunda jornada en Irak en un día histórico al haberse reunido con el líder espiritual de los chiíes, el ayatolá Ali al Sistani, y viajar a Ur, donde la tradición dice que nació el patriarca Abraham, venerado por las tres grandes religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islam.
Mañana, el pontífice visitará tres ciudades en menos de 10 horas, pues viajará a la destruida Mosul, en la que el Estado Islámico proclamó su "califato" en 2014; además de Qaraqosh, la mayor ciudad cristiana de Irak, y Erbil, la capital del Kurdistán y donde celebrará el acto más multitudinario con una misa para 10.000 fieles.