Se trata del mayor del Ejército, Carlos Andrés Ospina Gómez, quien viene siendo investigado por haber participado en el “falso positivo” de un joven que sufría ataques de epilepsia y fue asesinado en el municipio de Cunday, identificado como Rosemberg Ramos Rodríguez, de 22 años de edad.
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La decisión de dejarlo en libertad se debió a que se le venció la medida de aseguramiento la cual le fue sustituida por una no privativa de la libertad, recordando que el mismo estaba detenido en el centro carcelario para militares en Facatativá y no estuvo en la audiencia que se llevó a cabo ante el Juzgado Sexto de Garantías.
Dentro de la actuación, el mayor del Ejército quien se encuentra vinculado al proceso con un soldado profesional, Rigoberto Roa Zabala, había solicitado ser vinculado a la Jurisdicción Especial para la Paz, petición la cual le fuera negada.
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Para noviembre del año 2014 se realizó la imputación de cargos contra los implicados y actualmente se encuentra en el Juzgado Segundo Especializado, donde se realiza la etapa preparatoria por los delitos de homicidio agravado en persona protegida y porte ilegal de armas de fuego.
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Es de recordar que el cuerpo sin vida de Rosemberg fue hallado el 9 de abril del año 2007, donde se le informó a la familia que el joven había sido identificado por sus huellas y las cuales correspondían a las de un guerrillero que supuestamente había sido abatido por tropas del Ejército Nacional en la vereda San Isidro, corregimiento Tres Esquinas de Cunday.
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En la necropsia, se determinó que el joven quien sufría de epilepsia y síndrome de “Lennox Casto”, presentaba cinco impactos de baja de fusil calibre 5.56 en el brazo, abdomen y dorso y al ser encontrado tenía un camuflado con el número de serie tachado con un marcador y además unas botas de caucho las cuales eran nuevas, haciéndolo pasar por un presunto explosivista de un grupo guerrillero.
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