El pasado cinco de enero se conoció un video de una menor de edad que terminó con un tatuaje en la pantorrilla derecha, tras asistir con su madre a un estudio de tatuaje en Pereira (Risaralda).
El video de la niña sufriendo por los dolores, en medio de la sesión, abrió un fuerte debate en redes sociales donde algunos pidieron judicializar a la madre de la menor. Sin embargo, otros hicieron un llamado a la calma, argumentando que tal vez el tatuaje era un pedido de la pequeña.
Para dar claridad a esta situación la profesora y directora del área penal del Consultorio Jurídico de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Diana Muñoz, habló con La FM y explicó que lo primero para entender el caso es determinar las circunstancias reales en que a la niña se le hizo el tatuaje.
“Si la niña fue obligada contra su voluntad a hacerse un tatuaje se podría explorar una situación de violencia intrafamiliar”, afirmó.
Y aclaró: “En conclusión el simple hecho de hacerle un tatuaje a un menor de edad, en sí mismo, no constituye un delito, pero habría que explorar la circunstancias concretas del hecho”.
En este punto, vale la pena recordar que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) estableció que el hermano de la pequeña, también había sido tatuado ese día. Por esa razón, amonestaron a la madre de los niños con un recurso pedagógico.
Para Muñoz ese tipo de sanción podría significar que en el proceso de restablecimientos de derechos de los menores, se determinó que bastaba con un recurso pedagógico porque, posiblemente, los niños prestaron su consentimiento para realizarse los tatuajes. "Si el ICBF hubiera advertido que había una situación de violencia intrafamiliar los hubieran remitido a la Fiscalía", concluyó.