Tras la decisión de abrir colegios con un modelo de alternancia, hay quienes se preguntan cómo el regreso a clases impactará a los menores de edad.
Uno de esos casos lo está experimentando Ana, quien tiene una hija de 10 años y un hijo de 5. Viven en Bogotá y en el desarrollo del regreso a clases presenciales, los niños han reaccionado de forma distinta.
“La niña está muy feliz, contenta porque tenía tiempo de no ver a sus compañeros, y a su maestra; pero con mi hijo menor fue todo lo contrario. Él ya no tenía tanto ánimo de volver, no siente la misma emoción que mi hija”, manifestó.
Y ese sentimiento lo manifiesta de esta manera: “En las mañanas no quiere levantarse, no quiere ir al colegio. Cuando desayuna lo hace despacio, y bueno, él antes de la pandemia le emocionaba la escuela”.
Mientras esto pasa con el niño, la niña dice lo siguiente: “Estoy muy feliz de volver al colegio, reencontrarme con mi profesora y mis compañeros”.
La doctora en Psicología Clínica de la Salud e investigadora de la Universidad de Los Andes, Diana Agudelo Vélez, explicó lo que puede significar para un niño regresar a clases presenciales luego de un largo periodo de virtualidad.
“Volver al colegio yo lo asemejaría con el retorno de los niños después de unas largas vacaciones o el ingreso por primera vez al colegio. Cuando inicia su vida escolar, o cuando hace un tránsito de un colegio a otro, tiene que enfrentarse a nuevas normas, a nuevas formas de relación, a crear vínculos con profesores y con los compañeros de clase, este símil nos serviría un poco para entender lo que está pasando”, indicó.
Regreso a clases presenciales y el impacto en los niños
La experta explicó que algunos niños pueden manifestar su malestar de regresar a clases presenciales de la misma forma que lo hace el niño de Ana; por lo que precisó qué debe hacer un adulto ante esta circunstancia:
“Es un hecho que la mayor parte de los miedos y las preocupaciones que expresan los niños son el reflejo de los miedos y las preocupaciones que tienen los adultos. En esa medida, lo que los adultos podemos hacer para ayudar a los chicos a afrontar el retorno a la vida escolar es ofrecerle todo nuestro acompañamiento, nuestra comprensión y también ofrecerles algunas fuentes de seguridad derivadas de la importancia de llevar a cabo las estrategias de prevención que están bajo nuestro control”.
Resaltó que se espera que el regreso a clases presenciales resulte en su totalidad en un impacto positivo para los niños:
“Esto va a favorecer su crecimiento y el desarrollo de sus funciones sociales, emocionales, su desarrollo cognitivo, su capacidad de aprender a resolver los conflictos, de volver al reencuentro con sus pares que es fundamental para cada niño”, puntualizó.
Finalmente, la doctora en psicología clínica, Diana Agudelo, indicó que es fundamental que en este proceso de regreso a clases haya una fuente de confianza entre padres y profesores. Confianza en que cada adulto está cumpliendo con las normas de bioseguridad, y que estas normas se las han enseñado a sus hijos. Manifestó que, de esta manera, habrá una solidaridad colectiva respecto al autocuidado y el cuidado de otros.