En la margen izquierda del río Grande de la Magdalena, en un lugar privilegiado, en el norte del departamento del Tolima, en una ciudad que en su momento tuvo todo el abolengo de la naciente patria.
A finales de siglo XVIII y durante el siglo XIX se erigió la Fábrica de Tabaco La Patria, esto sucedió en 1778 y empezó contarse una gran historia que hoy en día solo queda en el recuerdo de unos pocos. La tabacalera prácticamente nació con el municipio ya que solo habían pasado dos años de haber sido erigido Ambalema.
En su momento Ambalema tuvo a cargo parte importante de la economía del país, la Fábrica de Tabaco La Patria fue una parte importante del desarrollo económico de Colombia. Para 1858 Ambalema producía más de dos tercios del total del tabaco producido en el país, lo cual convirtió a este bello municipio en un punto neurálgico de comercio y transporte.
En el portal Colombia Visible hay una referencia que describe perfectamente que significaba Ambalema en esa época: "El periodista Germán Santamaría, en su crónica Ambalema: la grandeza que el tiempo se llevó, narra que «mientras en Santa Fe de Bogotá se pulían leyes, poemas y oraciones, en Ambalema se fabricaban fortunas incalculables, se creaban haciendas sin límites, no se podía andar por las calles atosigadas de gente comprándolo todo, se hablaba inglés y francés, se hacían planes para viajar a Londres»."
Para 1835 las exportaciones de tabaco se dispararon y creció tanto la economía que debieron crear un banco propio, que hasta capital extranjero atrajo, la bonanza fue tal que era el epicentro económico del momento. Le daba trabajo directo a aproximadamente 500 personas e indirecto a más del triple.
El primer banco de Colombia se construyó en Ambalema.
Pero como todas las bonanzas llegan a su fin y si no se prevé el coletazo termina siendo el acabose y aquí los golpes fueron internos y externos.
- La Primera Guerra Mundial
- El cultivo de tabaco en otras latitudes
- El descubrimiento de las bondades de la caña de azúcar
- Un incendio
En un artículo de la revista Credencial se puede leer:
«La economía tabacalera»
«Durante el periodo colonial, el monopolio del tabaco fue una fuente de recursos para la Corona española. Asimismo, el sitio de Ambalema desempeñó un papel destacado en la economía nacional del siglo XIX como centro de producción tabacalera, en especial debido a reformas políticas y económicas que fueron adelantadas en las décadas de 1840 y 1850.
Así, el proyecto progresista del general Tomás Cipriano de Mosquera −durante su primera administración (1845-1849)− planteó, entre otras reformas de naturaleza liberal, la suspensión del estanco del tabaco, medida que, en síntesis, condujo a que el negocio del tabaco pasara a ser administrado por particulares. Al respecto, en 1846, el gobierno celebró un contrato en el que se cedió la administración de la factoría de Ambalema a la firma Montoya Sáenz y Cía., lo que permitió una mayor participación del sector privado en la producción de la hoja. El cultivo se incrementó con la liberación de la producción y del comercio del tabaco y con la participación de empresarios privados. Como consecuencia, la exportación de la hoja alcanzó su punto más alto durante el periodo de 1853 a 1857, nivel que se mantuvo estable hasta 1870. En 1846, la factoría fue reconstruida (al nuevo edificio se le llamó Casa Inglesa), y el empleo de maquinaria especializada y el acondicionamiento de espacios propicios para distribución y exportación permitieron el procesamiento de la hoja a mayor escala.
Durante buena parte del siglo XX, Ambalema fue uno de los principales epicentros comerciales de los cultivadores de tabaco, cuyos cultivos se extendían a lo largo del río Magdalena, lo cual facilitaba su exportación a través de esa vía fluvial. Sin embargo, repetidas crisis en los precios del mercado mundial del producto y el agotamiento de la tierra disminuyeron la producción y, por lo tanto, la importancia comercial de este municipio-puerto.
Es importante tener en cuenta que, por su localización en el piso térmico cálido, la producción agrícola de Ambalema incluye también otros cultivos como arroz, millo, algodón y ajonjolí. Además de la agricultura, la economía del poblado gira en torno a la ganadería y al comercio.»
Hoy en día tan solo es un recuerdo, un municipio hermoso; con construcciones emblemáticas; con una historia inigualable; con reconocimiento a nivel mundial; con tantas columnas que lo hacía único; un municipio que ha carecido de voluntad política y amor de sus natales, hoy muchas de esas magníficas construcciones están en ruinas, hoy en día es tan solo un pueblo que fue y ahora ya no.