En el más reciente informe que el Pentágono entregó al Congreso de los EE.UU. sorprendió una revelación: de 144 reportes OVNI, solo uno tenía explicación, básicamente porque no tenían suficiente información. Es decir, que la máxima potencia del planeta acepta la existencia de este fenómeno que no es nuevo, pues hay registros de objetos voladores desde la antigüedad.
Teniendo en cuenta ese panorama de incertidumbre, la NASA anunció este jueves que ha establecido un grupo de estudio que analizará a partir de este otoño los Fenómenos Aéreos no Identificados (UAP por sus siglas en inglés) para avanzar en "la comprensión científica" de los posibles descubrimientos y la recopilación y uso de datos futuros.
El objetivo de este estudio independiente sobre UAP, concepto que ha desplazado a la denominación OVNI (Objeto volador no identificado), por haber quedado anticuada, se basa en "la observación de eventos en el cielo que no pueden identificarse como aeronaves o fenómenos naturales conocidos desde una perspectiva científica".
El número limitado de observaciones de UAP "dificulta sacar conclusiones científicas sobre la naturaleza de tales eventos", señaló la Nasa en un comunicado, y agregó que estos fenómenos no identificados en la atmósfera "son de interés tanto para la seguridad nacional como para la seguridad aérea".
Por esta razón, con este equipo busca establecer qué eventos son naturales para así tener un primer paso clave para identificar o mitigar dichos fenómenos (...) y "garantizar la seguridad de las aeronaves".
No obstante, la Nasa fue enfática en decir que "no hay evidencia de que los UAP sean de origen extraterrestre".
La Nasa recordó que "no forma parte de la Fuerza de Tarea de Fenómenos Aéreos No Identificados del Departamento de Defensa" de Estados Unidos, ni de su sucesor, el Grupo de Sincronización de Gestión e Identificación de Objetos Aerotransportados.
El equipo de estudio independiente de la agencia espacial estará dirigido por el astrofísico David Spergel, presidente de la Fundación Simons, de Nueva York, y Daniel Evans, administrador adjunto de investigación de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA.
"Dada la escasez de observaciones, nuestra primera tarea es simplemente recopilar el conjunto de datos más sólido que podamos", dijo Spergel.
Se espera que el estudio, que contará con el asesoramiento de expertos, tarde alrededor de nueve meses en completarse. "De acuerdo con los principios de transparencia e integridad científica de la Nasa, este informe se compartirá públicamente", añadió Evans, quien aseguró que "todos los datos de la NASA están disponibles para el público".