En la madrugada del 31 de diciembre, Colombia amaneció con un fuerte temblor que sacudió varias regiones del país. A las 03:59 a.m., el Servicio Geológico Colombiano (SGC) reportó un sismo de magnitud 4.6 en el Mar Caribe, específicamente a 17 kilómetros del departamento de La Guajira. Este evento sísmico, cuya profundidad fue de 51 kilómetros, fue ampliamente sentido por los habitantes de diferentes municipios cercanos.
La intensidad percibida del movimiento telúrico fue de 4, lo que significa que el temblor fue "sentido ampliamente" por la población. Según los informes, los efectos del sismo se notaron en localidades como Dibulla, que se encuentra a 17 km del epicentro, así como en Riohacha, a 48 km, y Distracción, a 76 km. Además, los departamentos de Cesar, Atlántico y Magdalena también reportaron haber sentido el temblor.
Las primeras reacciones de los ciudadanos fueron de sorpresa e inquietud, ya que el sismo se produjo en un momento en que muchos se preparaban para celebrar la llegada del nuevo año. Los habitantes de las zonas afectadas reportaron que las ventanas, puertas y platos vibraron intensamente durante el movimiento, lo que generó una sensación de alarma entre quienes estaban en sus hogares.
Afortunadamente, hasta el momento no se han reportado daños materiales significativos ni personas lesionadas a causa del sismo. Sin embargo, el SGC ha instado a la población a permanecer alerta y a reportar cualquier actividad sísmica que sientan, a través del formulario de Sismo Sentido disponible en su página web. Este esfuerzo busca ayudar a las autoridades a tener un mejor seguimiento de los episodios sísmicos y a evaluar su impacto en la comunidad.
El SGC también recuerda a la ciudadanía la importancia de estar preparados ante eventos sísmicos. Algunas recomendaciones incluyen no ubicarse debajo de los marcos de las puertas, alejarse de ventanas y objetos suspendidos, y tener en casa un kit de emergencia que incluya elementos básicos como agua, alimentos no perecederos, linternas y un botiquín. Asimismo, es crucial acordar un punto de encuentro familiar para facilitar el reencuentro en caso de una emergencia.
El fenómeno sísmico es un recordatorio de que Colombia se encuentra en una región geológicamente activa, donde los movimientos telúricos son relativamente comunes. La conciencia y preparación ante estos eventos son esenciales para minimizar riesgos y garantizar la seguridad de la población.
En el contexto de este sismo, la comunidad ha sido testigo de la importancia de la educación sobre desastres naturales. Las autoridades locales y el SGC continúan trabajando en campañas para informar a la ciudadanía sobre cómo reaccionar ante un temblor y cómo prepararse adecuadamente. Estas iniciativas son fundamentales, especialmente en épocas festivas como la que se vive actualmente, donde la atención de la población puede estar más centrada en las celebraciones que en la prevención.
A medida que se acerca el final del año, es vital que los colombianos reflexionen sobre la importancia de estar preparados para cualquier eventualidad. La seguridad de cada familia depende de la información y las acciones que tomen antes, durante y después de un sismo.
El sismo de 4.6 en La Guajira y Cesar ha servido como un recordatorio de la necesidad de mantenerse alertas y preparados ante la posibilidad de movimientos sísmicos. Las autoridades continúan monitoreando la situación y están listas para brindar apoyo a la comunidad en caso de ser necesario. Mientras tanto, los ciudadanos son alentados a seguir las recomendaciones de seguridad y a reportar cualquier actividad sísmica que experimenten.