El respeto es algo que nos enseñan desde niños y proviene del hogar, ese que se debe tener hacia los mayores, el que se debe tener hacia las demás personas en general, quizá el que menos se enseña es el debemos tener para con nosotros mismos.
En muchas ocasiones las personas creen que tener confianza hace de lado al respeto y entre más confianza el respeto debe ser mayor. Cuando tienes una relación de pareja, laboral, filial o de amistad debes aún más respetar el límite de hasta dónde llegan las licencias que te puedes tomar. Por más confianza que la otra persona te haya dado no tienes derecho a ver todo saber todo y tener todo, de esa otra persona, a tu disposición.
Hay cosas en la vida de un ser humano que son de su fuero interno, si hablamos de cosas materiales nos referimos a la billetera, al cajón de la mesa de noche, al del escritorio, al computador, al celular, incluso a la agenda y en el caso de las mujeres en particular, el bolso.
Por más cercano que seas a esa persona hay límites que respetar, porque hay cosas que solo esa persona conoce su real significado y tu puedes interpretarlo de la manera que no es.
Pongámoslo así de simple: "Tu eres la asistente de un ejecutivo, este se encuentra incapacitado y tienes la orden de estar al pendiente de su agenda y su celular, tienes autorización de contestar y revisar mensajes de temas laborales y de algunos personales, pero le llega un mensaje personal, que además va sellado, digamos que un mensaje de WhatsApp, una imagen de una sola vista y no tienes a tu jefe cerca para preguntarle si accedes a ella y qué respuesta dar".
Acceder a ella y dar una respuesta por tu cuenta, es una clara violación a la privacidad, no solo de tu jefe, sino de la persona que envía dicho mensaje.
En el caso anterior, tu puedes darle una interpretación al contenido de ese mensaje reservado, pero el destinatario y el remitente quizá tengan un código de interpretación distinto, por lo que tu apresurada respuesta puede generar un caos, aún cuando te identifiques y des a entender que no es la otra persona quien está contestando. Tu puedes interpretar una cosa y resulta que el mensaje realmente es todo lo contrario, por ende la respuesta está fuera de lugar.
Tampoco un jefe puede tomarse esas atribuciones con un empleado, por más, el fuero personal es infranqueable no tiene estatus ni estrato.
Ya cosa distinta es cuando sea una pregunta simple ¡Hola! ¿Cómo sigues? Supe que estabas enfermo... la respuesta en este caso se puede dar identificándose: Buenas tardes soy Mara la asistente de Jaime, él aún se encuentra delicado de salud, pero en franca recuperación. En cuanto pueda le diré que usted preguntó por su salud. Gracias por su mensaje.
Te puedes encontrar en la billetera, en el cajón de la mesa de noche, en la agenda, en el celular, en el computador de un tercero, cosas que para ti tienen un significado, pero para esa persona tiene otro completamente distinto y tú lo vas a interpretar de diferentes formas de acuerdo a la relación que tengas con esa persona.
Cuando la mamá, el hermano, el papá, la pareja, el jefe o quien sea "abre mi bolso saca la billetera y toma dinero", es mucho mejor tomar el bolso entregárselo a la persona y que ésta sea quien te dé el dinero. Cuando ese tercero te diga "porfa revísame el celular", pregúntale a quién en específico, qué mensaje en particular; si te dice contesta mi teléfono tú simplemente tienes que identificarte y no responder a menos que tengas la autorización y sabes con exactitud qué decir.