Hombres con corazón bondadoso: La vocación de servicio se manifiesta en las acciones
Conocieron a la Sra. Karina en medio de un procedimiento de policía en la Av. Pedro Tafur, sobre el semáforo de Palermo, tras adentrarse en su historia de vida y sus dificultades familiares, emprendieron un recorrido para tocar las puertas de los comerciantes de buen corazón, logrando reunir alimentos no perecederos y entregarlos a ella y su familia, como un acto de amor por el prójimo.
Esta historia nace en el corazón de Ibagué, hace aproximadamente dos semanas cuando la patrulla del cuadrante 24 de la Estación Norte, conformada por el subintendente Jairo Suárez y el Patrullero Andrés Claros, se encontraban de turno patrullando las calles de la zona centro de la ciudad.
Una tarde cualquiera, caía la noche y como señal divina, empezó a llover en la capital del Tolima. Los dos agentes de policía decidieron llegar hasta el semáforo del barrio Palermo, donde hay un espacio que les permitía resguardarse de la lluvia, mientras se disponían a cubrirse con los impermeables institucionales.
Solo bastaron 5 minutos en el lugar, cuando observaron a una señora, de unos 50 años aproximadamente, sentada bajo un árbol, en una banca de plástico, con uno de sus codos encima de una caja de icopor, tratando de cubrirse de la lluvia.
El subintendente Suarez, fijo su mirada hacia donde la señora, algo le decía que ella necesitaba de su ayuda, sin importar la lluvia, cruzo la calle, y se acercó a donde ella.
“Hola, mi señora, buenas noches, le puedo servir en algo” fueron las primeras palabras de aquel policía.
La señora al escuchar la voz del policía y verlo frente a ella, levantó su rostro hacia el cielo, como diciendo “gracias, Dios”, y como si lo conociera de hace mucho tiempo, soltó el llanto, e inició esta historia, que evoca, el amor de Dios, sobre todos nosotros."
La protagonista, es Karina Arias Medina, esta mujer tiene 53 años, de los cuales 15 lleva trabajando como vendedora informal en las calles de la ciudad de Ibagué.
Es de esas mujeres berracas, echadas para adelante. Es la mayor de los hermanos, y responde económicamente por su padre, un adulto mayor de 85 años y por su hermana que tiene 50 años con una condición especial. Así es, ella debe velar por el cuidado y manutención de su familia.
En medio de este relato, que se entrecortaba por la voz flácida y solloza de la sra Karina, los dos policías que la escuchaban con atención, no pudieron contenerse. Con la piel de gallina después escuchar y ver la necesidad de esta mujer y su familia, decidieron emprender la misión más importante para ellos, buscar en medio del caos, la empatía social y encontrar la forma de ayudar de alguna manera a quien más los necesitaba en ese momento.
Al otro día, iniciaron turno a las siete de la mañana, la primera tarea del día, empezar a hablar con los tenderos y comerciantes del cuadrante 24, con el objetivo de realizar la gestión comunitaria pertinente para lograr reunir alimentos no perecederos, y poder entregárselo a la señora Karina y su familia.
Pasaron varios días y en cada turno, los dos policías iban de puerta en puerta, entregando un testimonio de fe, con la convicción de generar en la comunidad, la empatía suficiente que les permitiera ayudar de la mejor manera a esta valerosa mujer.
Tras varios días de gestión, y con la ayuda de mas de 10 tenderos, lograron completar 3 cajas de alimentos no perecederos.
“Gracias a todos los que nos escucharon, a los que decidieron aportar a esta bonita causa. No importó la cantidad, si era un libra de arroz o un bulto, importaba la intensión y el amor que profesemos por el prójimo” fueron algunas de las palabras del patrullero Claros, cuando acomodaba el mercado en el vehículo, minutos antes de ir a entregárselo a la señora Karina.
El momento perfecto para entregar este mercado, coincidió con el inicio de la semana mayor, dirían algunos creyentes, Dios proveerá, y así fue, como si se trata de un mensaje, las cosas fluyeron para que este binomio de policías, lograran reunir una gran cantidad de alimentos para entregarlos a la familia Arias Medina, en una época del año, que invita a la reflexión y al fortalecimiento de nuestros valores y creencias.
El pasado domingo de ramos, mientras la comunidad católica, celebraba la entrada de Jesús en Jerusalén, el subintendente Jairo Suarez y el Patrullero Andrés Claros, llegaban hasta el semáforo de Palermo, para sorprender a la señora Karina.
"Cuando, conocimos el caso de esta especial mujer, nos reunimos un momento en la estación de policía, y nos preguntábamos que podíamos hacer para ayudarla de alguna forma. Mi compañero, me menciono que casualmente en la mañana de ese día, había visto en internet un pasaje bíblico que le había llamado la atención", relató el Subintendente Suarez.
Pues bien, el pasaje bíblico al que hace referencia el patrullero claros, era este:
"Mateo 25-35. “Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me recogisteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a mí”.
Y así termina esta historia, con la satisfacción que sintieron estos dos valerosos policías que sin importar a quien, le brindaron su apoyo en un momento de necesidad, tal vez con la firme convicción de sentir, que la ayuda que le estaban brindando a la señora Karina, era un mensaje de amor por el prójimo.
Para ellos, sin lugar a duda resulto reconfortante, ver la cara de felicidad de Karina y su familia.
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