Organizadores del Jamming estarían en bancarrota desde antes del Festival

Gracias a un análisis de los estados financieros que esta empresa reportó a la Cámara de Comercio de Bogotá, se pudo descubrir varias cosas: La primera de éstas es que la empresa se fundó 2019 y contaba con un capital de apenas 10 millones de pesos.

Sin embargo, lo que más llama la atención es que para el 2020 tenía activos por $1.124 millones y unas deudas por un valor de $1.000 millones, mostrando una relación donde, por cada 100 pesos, 92 de éstos correspondían a deudas. Para el 2021 la situación no era favorable, pues en activos la empresa registró un valor cercano a los $2.000 millones, pero en pasivos estaba la suma de $1.946 millones, donde la relación era que, por cada 100 pesos, 96 de estos estaban endeudados.

Dichos estados financieros reportados un año antes del Jamming Festival 2022, mostraban un endeudamiento a corto plazo del 131%, y fueron firmados por Alejandro Casallas, quien figura representante legal y único socio de esta compañía.         

Vorágine, para analizar esta información, se apoyó en la opinión de un contador, quien pidió no ser identificado, pero que revelo que “Es imposible que una empresa pueda respaldar un festival de las dimensiones del Jamming si tiene el patrimonio de esta organización, que en el reporte de diciembre de 2021 era de $71.112.339. Ese valor no sirve ni para hacer publicidad masiva en vallas. De acuerdo a lo que leo, ellos no tenían un peso para invertir, estaban súper endeudados. O sea, no tenían ningún capital de trabajo que uno pudiera decir, por ejemplo, que ellos invirtieron $2 mil o $3 mil millones para la logística, los artistas o la publicidad. Se nota que todo el dinero que recaudaban de la boletería, que nunca se dejó de vender, lo iban invirtiendo sobre la marcha… porque lo reportado a Cámara de Comercio dice algo distinto, no se perciben en los estados financieros los ingresos millonarios generados por venta de entradas”.