
Fiebre Amarilla en El Tolima : Un Llamado de Atención sobre la Salud Pública
La fiebre amarilla ha vuelto a ser noticia en el departamento de Tolima, recientes informes de Cortolima, la autoridad ambiental regional, revelan una situación preocupante en la que la necropsia de primates no humanos ha arrojado resultados alarmantes. Este artículo examina los hallazgos y su implicancia en la salud pública, así como el papel de los primates en la transmisión de esta enfermedad.
“Dentro del correo oficial de entrada ventanillaaortolima.gov.co NO se encontró evidencia alguna de correo emitido, de igual manera se informa que dentro del registro de vigilancia no se encontró reporte de ingreso de visitante en representación del Instituto Nacional de Salud.” Esta declaración resalta la falta de comunicación entre instituciones clave en la gestión de salud pública. La ausencia de registros de visitantes del Instituto Nacional de Salud sugiere una posible falta de coordinación, lo que podría tener repercusiones en la respuesta ante el brote de fiebre amarilla.
Cortolima ha realizado la necropsia a 23 cuerpos de primates no humanos, de los cuales 19 ya dieron positivo para fiebre amarilla. Este hallazgo es particularmente alarmante, ya que implica que una gran mayoría de los primates analizados están infectados. Según Alfonso Iannini, estos resultados provienen de diversas localidades dentro del departamento: Ataco (7), Chaparral (5), Planadas (4), Cunday (1), Purificación (1) y Villarrica (1). La magnitud de estos resultados es un claro indicador de la presencia activa del virus en la región.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por mosquitos, y su identificación en primates puede ser un signo de que el virus está circulando en el ecosistema. El hecho de que 19 de 23 primates analizados den positivo es un llamado de atención para las autoridades de salud pública. La vigilancia y el control de la población de mosquitos son esenciales para evitar la propagación del virus a humanos
“La directora recordó que los primates no son transmisores del virus de la fiebre amarilla, pues esta enfermedad se transmite solamente a través de un vector (mosquito) que pica y contagio al mono”. Esta aclaración es crucial, ya que muchas personas pueden malinterpretar la relación entre primates y la fiebre amarilla. Es fundamental entender que los primates actúan como hospedadores del virus, pero no lo transmiten directamente a los humanos.
Los primates se convierten en indicadores de la presencia del virus en el medio ambiente. Su salud puede reflejar la situación epidemiológica de la fiebre amarilla en la región. La vigilancia de la fauna silvestre es, por lo tanto, un componente vital en el monitoreo de enfermedades zoonóticas.
Ante esta situación, es imperativo que las autoridades de salud pública actúen de manera rápida y eficaz. La falta de comunicación entre Cortolima y el Instituto Nacional de Salud subraya la necesidad de mejorar los canales de información. Una coordinación más efectiva podría permitir una respuesta más adecuada ante futuros brotes.
Además, es esencial aumentar la concienciación pública sobre la fiebre amarilla y sus vectores. Las campañas de educación sobre prevención, como el uso de repelentes y la eliminación de criaderos de mosquitos, son cruciales para proteger a la población. La comunidad debe ser parte activa en la vigilancia y el control de la enfermedad.
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